Jueves, 1 de junio de 2006 | Hoy
MUSICA › VIRUS REGISTRA ESTA NOCHE SU PRIMER DVD
El show del Coliseo servirá para mostrar hasta qué punto la banda de los hermanos Moura está más allá del ejercicio nostálgico. “Nosotros somos compositores, siempre miramos la música hacia adelante”, dice Marcelo.
Por Roque Casciero
En los últimos tiempos, Virus encarnó una paradoja: mientras el grupo no lograba que un sello le grabara su nuevo material, cada vez más músicos citaban a la banda platense como influencia e ineludible referente de pop argentino y hasta se publicaban dos discos tributo surgidos del under. Está claro que nunca fue fácil remontar la pérdida del cantante Federico Moura, quien murió a causa del hiv en 1988, pero también es cierto que sus hermanos Marcelo (que pasó de los teclados a la voz) y Julio (guitarra) lograron que sus shows no se conviertan en mero ejercicio de nostalgia. Cuando el Virus de hoy (que completan el guitarrista Daniel Sbarra, el bajista Ariel Naon, el baterista Lulo Isod y el tecladista Fernando Monteleone) toca uno de sus viejos hits, suena a Virus. Y también lo logra al presentar alguna creación reciente, sin que eso signifique un reciclaje de ideas. El final de la paradoja está próximo, porque en su show de esta noche en el Coliseo (M. T. de Alvear 1050), Virus grabará su primer DVD, que tendrá como compañía un CD con temas en vivo y seis nuevos en estudio. La banda contará con cuatro invitados: Adrián Dárgelos (Babasónicos), Ale Sergi (Miranda!), Pity Alvarez (Intoxicados) y Ciro Pertusi (Attaque 77).
“Nos interesa mostrar lo que es el grupo hoy”, explica Marcelo Moura. “Y también está la idea de editar el disco y el DVD en países donde nos publicaron, incluso en pleno éxito. En aquella época no había la globalización de hoy: si un grupo tiene éxito acá, las compañías automáticamente lo editan en todos lados. En aquel momento no era así, al punto que Charly y Spinetta afuera son artistas de culto. Siempre hemos tenido la espina porque tenemos una batería de éxitos –lo digo humildemente, pero es la realidad– que siguen siendo hits hasta hoy. Es ridículo que nunca un productor se haya avivado de editarlos en México o en España. ¿Por qué a nadie se le ocurrió sacar un disco con Una luna de miel en la mano, Amor descartable, Pronta entrega, Imágenes paganas, El probador, Agujero interior y Mi garage? Si tiene difusión, las posibilidades de que sea exitoso son muy altas.”
–¿Por qué les costó tanto poder publicar material nuevo?
–Nosotros hicimos mucha fuerza por eso, porque hace años que estamos intentando sacar un disco y las compañías tienen tan pegado al Virus de Pronta entrega y Luna de miel que siempre los ofrecimientos eran reeditar o rehacer. Pero nosotros somos básicamente compositores y siempre hemos mirado la música hacia adelante. Nos encanta tocar los temas de toda nuestra carrera, pero es una constante que estemos componiendo. El DVD será el primer lanzamiento de un nuevo sello, Desencadenado, cuyos dueños cumplieron con todo lo que dijeron. Están muy entusiasmados y vienen a los ensayos, nos pasan a buscar. Cuidan a los artistas, digamos. Con 9 nos pasó que BMG pagó una fortuna, fuimos a grabar a Miami cuando acá hay estudios que están a ese nivel, gastaron una tonelada de dinero, vinimos acá, metieron el disco en un cajón y a los tres meses la gente me paraba por la calle para preguntarme cuándo sacábamos un disco. Ahora está esa cuestión de que el ojo del amo engorda el ganado. Y el hecho de que el primer proyecto sea Virus los pone en la situación de jugarse, porque más allá de que recuperen lo que invierten o ganen, sobre todo necesitan quedar bien parados como sello para ser atractivos para los músicos.
–¿No fue injusta la industria musical con el Virus post Federico?
–No, es comprensible. Cuando falleció Federico nos decían: “No sigan con Virus, hagan otro proyecto porque éste está muy ligado a Federico”. Era un consejo comercial, no personal: desde lo emocional, a mí me importaba seguir con Virus no para mantener un éxito, sino porque es la banda de toda mi vida, con la que me siento feliz de estar tocando en el lugar que sea. Es probable que la gente que nos decía que no siguiéramos nunca haya ido a ver a esta versión de Virus, porque ya tiene la predisposición de que no será lo mismo sin Fede. Y lo mismo puede pasarles a las compañías discográficas. De todas formas, la mentalidad de una compañía es absolutamente distante de la mía. Si yo fuera Sony, que es la que tiene casi todo nuestro catálogo, hubiera hecho una edición en México con mucha difusión, y estoy seguro de que habría vendido un tocazo de discos. No sé, Locura vendió 400 mil discos, una cifra que hoy es imposible por el mercado. Pero si vendió 400 mil copias acá, ¿cómo no lo editás en México?
–La otra cara es que cada vez más músicos asumen su influencia.
–Es cierto. En el ambiente de los músicos sentimos una gran valoración, que también se está dando en general. Nosotros tocamos hace 27 años y nunca nos dieron un premio de nada. No estuvimos postulados ni para “la banda que debería dejar de tocar” (risas). Y también siento una disposición distinta de la prensa, que siempre se mostró reticente hacia nosotros y ahora cambió. En algún sentido, es como si hubiéramos ganado por cansancio.
–¿Seguro? No debe existir un periodista que hable mal de Virus.
–No en cuanto a respeto, pero sí sucede que hay muchos pools económicos y nosotros no estamos enganchados con nadie, entonces por ahí no nos daban bola y le hacían una nota al ganador de un reality show como si fuera un gran artista.
–¿Qué le provoca lo que pasa con sus colegas? Porque ya tienen dos discos tributo, por ejemplo.
–Tuvimos homenajes como pocos y encima estando en actividad. Nuestra gran usina de motivación y de confianza viene de ese reconocimiento. Con respecto a lo que decía antes sobre los premios, no es que me muero por recibir uno, pero objetivamente no me parece justo que nunca hayan premiado nuestra trayectoria. Los periodistas y los músicos saben de nuestro bajo perfil y nuestra humildad, pero honestamente tengo que decir que no es reconocido como sí lo reconoce la gente.
–Usted ha dicho que, afortunadamente, las bandas que los nombran como influencia no suenan como Virus.
–Claro. Yo veo a Miranda! o a Babasónicos, que se declaran fanáticos de lo que hacemos, y no veo a Virus. Lo más valioso de Virus siempre fue tener una identidad absolutamente propia. Cuando salimos había detractores de todo tipo, en especial en la prensa, porque veníamos a joder, a cambiar reglas de juego a las que todos estaban acostumbrados. Pero nunca nadie pudo decir “suenan como” porque no teníamos una influencia directa: escuchábamos muchas cosas distintas.
–Tal vez el hecho de no parecerse a nadie sea lo que las otras bandas tomaron de Virus.
–Claro, entendieron el mensaje. Y eso me compensa el hecho de que cuando salimos, post terrorismo de Estado, todos se nos vinieron encima para decirnos cómo podíamos invitar a bailar cuando el país estaba de duelo. Nosotros tenemos un hermano desaparecido, se lo llevaron delante de mis ojos, así que nadie de los que me criticaba tenía tanta autoridad como yo para saber cuál era mi objetivo. En algún punto, sentí que desde ese lugar podía dar muchas cosas. Si me hubiera metido en la agrupación no sé qué, no habría sentido lo que siento hoy: que fui útil para que muchísimas bandas hayan tomado el mensaje de la autenticidad, de romper códigos, ser frescos... Nosotros nunca fuimos ambiciosos, hemos hecho cosas a cambio de nada, aunque después nos ha vuelto todo. En muchísimos casos nos invitaron a modificar cosas para captar público o cambiar algo y jamás les dimos bola. Después, cuando te vuelve el respeto de la gente, es un pago mucho mayor que si hubieras ganado diez mil o veinte mil pesos más. Cuando se enfermó Federico teníamos mucha plata, pero nos la metimos en el culo. Lamentablemente tuvimos que aprender a los golpes cuáles son los verdaderos valores de la vida. Y poder transmitir eso en plena actividad es muy importante.
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