El jueves a la noche circuló la versión de que el director del Teatro Colón, Pedro Pablo García Caffi, había renunciado a su cargo de director general y artístico del teatro, junto a su equipo inmediato de colaboradores. La noticia llegó a ser transmitida por una radio y los motivos esgrimidos eran la relación entre el director y el ingeniero Javier Ibáñez, designado en octubre de 2012 como administrador “de recursos financieros, económicos y humanos”. El nombramiento, realizado por el propio jefe de Gobierno, fue leído como una manera de ejercer un control más estricto sobre el aspecto de la gestión de García Caffi más discutido en la mesa chica del macrismo: el volumen de sus gastos. Fuentes allegadas al jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, aseguran que la posición de García Caffi y su nivel de enfrentamiento con el “veedor oficial” son casi insostenibles y que la dificultad mayor con la que se encuentran es encontrar un reemplazante con un perfil suficientemente alto. En ese sentido, se supo que llegaron a ofrecerle el cargo, infructuosamente, a Sergio Renán, que ya ejerció la dirección del Colón en la década de 1990. No obstante, la oficina de prensa del teatro desmintió categóricamente que García Caffi hubiera renunciado y que Macri hubiera aceptado su dimisión.