Desde Ushuaia

Veinte años no es nada pero nueve pueden ser mucho. Y es que si se trata de un festival de música de tradición académica –ampliado últimamente a lo que podría denominarse como “música de escucha”–, realizado en una provincia argentina y, por añadidura, aquella cuya sola mención alcanza para evocar la idea del fin –real e imaginario–, esa continuidad bien puede considerarse un logro trascendente. A partir de hoy, y hasta el 19 de este mes, se llevará cabo la novena edición del Festival Internacional de Ushuaia. Una ciudad en una isla, al sur de casi todo, donde, entre otras cosas, sonarán las nueve sinfonías de Ludwig Van Beethoven, tocadas por la orquesta del propio festival y con la presencia en el podio, alternativamente, de Jorge Uliarte, cabeza artística del emprendimiento, y tres directores invitados.

“Hay un encuentro, bastante infrecuente, entre una empresa privada, el gobierno provincial y el de la ciudad, sin el cual este festival directamente no sería posible”, dice Santiago Lanzillotta, director general del festival, quien destaca, además, los proyectos de extensión y formación que se realizan, facilitando clases magistrales de los músicos que llegan a la ciudad y la apuesta por un desarrollo musical autónomo, en contra “de esa tradición de Tierra del Fuego casi como lugar de paso, donde nadie se quedaba por voluntad propia, con una población de trabajadores golondrina y donde al llegar a cierta edad todos se iban a otra parte”. De hecho, gran parte de las actividades del festival se realizan en la propia ciudad y con entrada libre, y el crecimiento de la actividad musical de la provincia, desde que el festival existe, es notable. La sede central, por su parte, a partir de esta edición será el auditorio del nuevo Hotel Arakur, ubicado en la cima del cerro Alarkén, y dentro de una reserva natural de más de 100 hectáreas de bosque nativo de lengas, ñires y coihues. Allí, esta noche a las 20.30, Uliarte estará frente a la orquesta del festival, en un programa íntegramente dedicado a Beethoven: la Sinfonía N° 5, la Obertura Egmont y, junto al pianista croata Goran Filipec, el Concierto N° 5 “Emperador”. Y, tal como sucedió el año pasado, el concierto, al igual que el resto del festival, será transmitido en vivo por Radio Nacional Clásica.

Carlos Bertazza, Fernando Ciraolo y Pedro Ignacio Calderón serán los directores que compartirán con Uliarte la responsabilidad en el ciclo integral de las sinfonías de Beethoven y, entre los solistas que llegarán al pregonado fin del mundo, estarán los pianistas Cristina Filoso, Alexander Panizza (que tocó ayer en Buenos Aires, junto a la Sinfónica Nacional, el Concierto N°3 de Rachmaninov y que aquí dará un recital el próximo 17), Facundo Ramírez (que mañana interpretará las Cuatro Estaciones Porteñas de Piazzolla y música compuesta por su padre, Ariel Ramírez), el dúo de Ivan Rutkauskas y Marcelo Ayub y el rumano Horia Mihail. También estarán el violinista estadounidense Kenneth Renshaw, ganador del Premio Internacional Yehudi Menuhin del año pasado, el violoncellista Eduardo Vassallo, la Orquesta de Cámara de Rosario y el Coro del Fin del Mundo. Esta agrupación, entre otras actuaciones, será parte del cierre, dentro de dos semanas, con la Sinfonía N° 9 de Beethoven, en la que serán solistas la soprano rusa Julia Novikova, la mezzosoprano Alejandra Malvino, el tenor Enrique Folger y el barítono Omar Carrión.

Además de conciertos populares gratuitos, clases magistrales y conferencias, que se realizarán en las ciudades de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande, estarán, entre los atractivos del festival, el recital que Filipec realizará el lunes con obras de Chopin, Macek y Liszt, el programa que el dúo de Rutkaukas y Ayub tocará el miércoles 9 (Sonata K448 de Mozart, el Concertino para dos pianos de Shostakovich, Scaramuche de Milhaud y Valses Op. 39 de Brahms) y el concierto del viernes 11, donde Vasallo tocará suites para cello solo de Johann Sebastian Bach y Benjamin Britten, y la gala lírica del viernes 18, con los mismos cantantes que al día siguiente serán solistas en la última sinfonía completada por Beethoven.