Sorprende, Juanjo Domínguez. Lo que tiene que informar –rutina de músico, claro– es su triplete de shows en el Café Vinilo (hoy, mañana y el domingo) con el objeto de estrenar su disco Volver en guitarra, antes de editarlo. Pero le gana la ansiedad: “No voy a sacarlo hasta que no publique el triple”, anuncia. Y llega la sorpresa, porque se trata de un tríptico cuyo fin es hacer versiones de influencias por partes iguales: Alfredo Zitarrosa, Chabuca Granda y los Beatles. “Voy a sacar con dos meses de distancia cada uno para no sacarlos juntos, pero el concepto es el mismo. Antes de fin de año, están los tres”, agrega el experimentado y versátil guitarrista, en tren de rendir honores a tres de sus principales referentes. “¿Cuál es el concepto? Que aquel al que le guste Chabuca le encanten las versiones, y aquel que no la conozca, pues, la conozca, amigo”, se ríe Juanjo, acerca de una misión que se extiende a los Beatles y Zitarrosa.

“Por supuesto que grabé ‘La flor de la canela’, ‘Fina estampa’, ‘Doña Soledad’ y ‘Yesterday’, pero también lados B como ‘Ese arar en el mar’, de Chabuca, o ‘Truco no’, de Zitarrosa. A todas las versiones les di un tratamiento tipo clásico, no están tocadas con la onda de sus creadores. De hecho, no hay ningún tema cantado y todas las versiones están grabadas con guitarra y percusión, porque la idea era hacer un tributo a ellos a mi forma: todo instrumental”, añade el guitarrista, sobre la concreción de una idea que nació durante un espectáculo que compartió con Silvio Ortega, ex guitarrista de Zitarrosa, en Buenos Aires. “Ortega es el que creó el cuarteto Zitarrosa y creo que es el músico que más tiempo tocó con él. Lo cierto es que no había querido tocar más la guitarra desde el fallecimiento de Alfredo, y yo le dije: ‘Es una lástima, vos tenés que seguir tocando... ¿por qué no venís y hacemos algo juntos?’. Al final vino, hicimos un par de temas de Zitarrosa, y eso me dio la idea de hacer un disco en honor a él. Con Chabuca pasó algo parecido, porque Majo (voz de su cuarteto) canta algunos temas de ella, y eso también me incentivó.”

–¿Y con los Beatles?

–Un día, jugueteando con Rubén Juárez, que tocaba algunos temas de ellos con el bandoneón, nos pusimos a tocar. Yo decía: “Tengo que tocar algo de estos tipos, porque son unos monstruos”, y así nació el disco. Algo que viene al caso: mi viejo es un tipo de 90 años que, la verdad, no tiene mucho conocimiento de los Beatles, pero cuando escuchó mis versiones dijo “Qué lindo tema, ¿qué es?”. Insisto: lo que quiero es eso, que aquel que no conoce a los Beatles, le gusten, y aquel que los conoce, se muera.

Despejado el terreno, ahora sí, este hombre suburbano del folk argentino, latinoamericano y mundial anuncia desde su morada sureña (Burzaco), la impronta de “Volver en guitarra”. “Siempre me gustó ese tema, siempre me dio vueltas por la cabeza”, señala, sobre la pieza que da nombre al disco y al triplete de conciertos. Y que grabó junto a su compositor: el “Zorzal del chamamé”, Roberto Galarza. “El estaba viviendo en Corrientes y estaba medio enfermito. Entonces lo llamé y le pedí grabarlo allí, pero decidió venir. Por entonces tenía como 70 años o más, pero seguía cantando como los dioses... Una voz fresca impresionante. Cuando la grabamos, aquí en Buenos Aires, nos emocionamos los dos. ¡Nos pusimos a llorar! Yo, porque lo admiro, y él, porque nunca lo había grabado con guitarra sola: siempre ponía un bandoneón o un acordeón”, evoca el guitarrista, que expondrá sus nuevas gemas entre las cuerdas de Hernán Fredes y Juancito Avilano –este último en guitarrón–, la voz de Majo Lanzón y el acordeón invitado de Germán Fratarcangelli. “Ah, me olvidaba de un detalle: la letra es hermosa.”

–¿Por qué decidió presentar el disco “a priori”?

–Una vuelta escuché a Edmundo Rivero decir que antes de grabar un disco lo cantaba en vivo, y una vez que estaba bien, se metía en un estudio y lo grababa. Y tenía razón, porque no podés meterte en un estudio a improvisar. He hecho discos así, improvisados; de hecho, el último se llama Sin red porque me metí en un estudio sin saber qué iba a tocar ni en qué tono, ni nada. Pero no se puede hacer todo así.

Además de “Volver en guitarra”, que Juanjo grabó con Galarza, antes que el músico, cantor y compositor santafesino muriera en septiembre de 2008, el disco contiene versiones de “Garúa”, “Milongueando en el cuarenta”, “La lluvia y tú” y, entre otros, “La playa”, un tema de autoría propia que el guitarrista grabó en 1983, pero tocó muy poco en vivo. “En realidad, hoy estoy haciendo lo que me gusta. Ya no tengo más la presión de una compañía discográfica pidiéndome temas”, destaca Domínguez, con cincuenta años de trayecto musical, viajes por el mundo, cuarenta discos grabados, y más de cien acompañando a Horacio Guarany, el Chango Nieto, Diego el Cigala, Andrés Calamaro, Rubén Juárez o Raúl Barboza, entre muchos otros. “Una carrera dilatada la mía, porque arranqué de muy pibe. A los 12 años me recibí y a los 14 ya acompañaba a Morán, a Lezica, a Podestá... Si no le digo la edad, usted piensa que tengo como 80 años”, se ríe el guitarrista, que sorprende una vez más: tiene 62.