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Sábado, 27 de septiembre de 2014

MUSICA › LOS CAMPOS MAGNETICOS SE PRESENTARAN ESTA NOCHE EN NICETO CLUB

“No quisimos emular a Magnetic Fields”

El amor por las canciones de Stephin Merritt fue lo que unió hace unos años a Alvy Singer, Nacho Rodríguez y Sebastián Rubin, que eligieron adaptar su espíritu al español. Y, pese a que están ocupados con sus otros proyectos, es el mismo sentimiento el que vuelve a juntarlos.

 Por Joaquín Vismara

“Lo más lindo fue descubrir lo que nos pasa a los tres tocando juntos”, dicen Rubin, Singer y Rodríguez.

Si bien The Magnetic Fields sobrepasó el estatus de culto en el Hemisferio Norte –especialmente gracias a su canónico álbum triple 69 Love Songs–, por estos lares el grupo creado por Stephin Merritt fue durante mucho tiempo casi un secreto a voces. Quizá por eso mismo, Alvy Singer, Nacho Rodríguez y Sebastián Rubin entendieron que debían capitalizar el interés que los tres compartían por la obra de Merritt. Casi sin conocerse y tras relegar por un tiempo sus proyectos personales (Alvy Singer Big Band, Onda Vaga y Rubin y Los Subtitulados, respectivamente), el trío emprendió la misión de readaptar el repertorio del grupo, y lo hizo por partida doble. Por un lado, trasladó las canciones a un formato acústico con guitarra, banjo, ukelele, violoncello y contrabajo; por el otro, tradujo las letras al español intentando respetar de la manera más fidedigna posible el espíritu ácido y mordaz de las originales. Si bien el proyecto nació sin vistas a futuro, la convocatoria de cada show superó a la del anterior, lo que llevó a los tres músicos a replicar en el estudio su particular homenaje, que quedó plasmado en dos volúmenes oportunamente titulados Alvy, Nacho y Rubin interpretan a Los Campos Magnéticos. Ahora, después de más de veinte meses de inactividad, Los Campos Magnéticos vuelven al ruedo con un único recital –al menos hasta nuevo aviso– hoy, a las 21, en Niceto (Niceto Vega 5510). “El motivo por el que armamos este show es el mismo por el que nos juntamos la primera vez, y es que disfrutamos mucho tocar estas canciones”, explica Rubin. “Al principio nos costó descubrirlo, pero ahora sabemos fehacientemente todo el placer que nos dan”, agrega.

–¿Cómo se dio el punto de encuentro entre los tres?

Sebastián Rubin: –Todo nació porque mientras componíamos temas para mis discos de Los Subtitulados con Federico Novick, siempre terminábamos esas sesiones traduciendo temas de Merritt sin explicación alguna. Después, en cada encuentro en el que coincidíamos con Nacho y Alvy, la charla terminaba en cómo nos gustaba The Magnetic Fields y que queríamos tocar sus canciones. Pasaron dos o tres años hasta que decidimos hacerlo, y nos parecía que no podía interesarle a nadie más que a nosotros. La primera vez que tocamos había más de cien personas, y a la segunda tocamos en la puerta de un centro cultural en Colegiales y el lugar se llenó. Eso nos hizo ver que algo pasaba.

Alvy Singer: –Cada uno de nosotros estaba con sus proyectos individuales que requerían mucho cranear, coordinar con otra gente y el compromiso con el repertorio propio, pero nos dimos cuenta de que entre los tres la cosa fluía muy fácil. El laburo fuerte fue hacer las traducciones, con mucho cruce de mails, discusiones y debates. En lo musical, los tres somos como productores, entonces fue divertido y rápido. Me parece que el público entendió esa cosa medio casual, inocente y lúdica que tiene esto.

–¿Y cómo se llegó a la decisión de optar por un formato más despojado?

A. S.: –Cada uno de sus discos tiene un concepto sonoro muy particular, con decisiones de mezcla muy raras. A veces, las voces quedan súper enterradas y hasta que no las ves en papel, no las entendés. Nuestro concepto estuvo más pensado en cómo The Magnetic Fields plantea su show, porque suele presentarse en formato acústico.

S. R.: –Merritt tiene un nivel de cinismo fortísimo y eso lo imprime hasta en el audio de sus discos. Nosotros hicimos todo lo contrario: le sacamos toda esa cuota desde el punto de vista musical al hacerlo con estos instrumentos y eso le dio una dosis de dulzura, en un punto. Pusimos las voces más al frente porque es algo tan lindo de cantar que queríamos hacerlo así. Le dimos una vuelta de tuerca y el repertorio tomó otro color. Si escuchás la versión original en inglés, puede llevarte a un lugar muy distinto que la nuestra en castellano, porque no decidimos reproducir su obra.

A. S.: –La intención nunca fue emularlos, y este proyecto dice mucho de nosotros, más allá de que el repertorio no sea nuestro. Es un ejercicio de interpretación, algo que se utiliza mucho en el folklore y el jazz.

–El punto de partida de este proyecto fue la obra de The Magnetic Fields. ¿Contemplan la posibilidad de convertirlo en el disparador del repertorio propio?

S. R.: –Lo más lindo fue descubrir lo que nos pasa a los tres tocando juntos. Explorar qué sentimos si probamos algo propio va a ser muy interesante. Es algo que está en carpeta, de todos modos.

A. S.: –Creo que ese disco está en algún lado, pero depende de infinitas cuestiones de agenda, energías y nuestros otros compromisos, que son varios. Igual, creo que antes va a existir otro disco de Los Campos Magnéticos.

S. R.: –O al mismo tiempo. En un momento, fantaseaba con hacer un álbum doble en el que uno de los discos fuera de Los Campos y el otro con nuestros propios temas. Sería el paso natural para explorar y ver qué pasa. Por ahí no ocurre nada interesante y decidimos dejarlo a un costado, pero es algo que tenemos ganas de hacer.

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