Como dato al paso, pero no de paso, Lucho González dice que tomó contacto con La vida empieza hoy recién cuando el disco estuvo terminado. Que no participó de él, pero que sí lo hará de su nueva presentación en público (hoy a las 21.30 en Pista Urbana, Chacabuco 874). Y que intuye la parada junto a su hacedora, la cantautora Lidia Barroso, y la percusionista Anahí Petz, como el placentero tejido de una trama musical “latinoamericana y popular”, entre guitarra, voz y percusión. Fina e intimista, se podría agregar, echando una primera oída al contenido. “La idea de grabar un disco propio de música popular fue una ilusión desde niña que se fue incrementando a medida que me fui presentando por distintos escenarios, y por mi profundo amor por la canción popular”, se presenta esta cantante nacida en Arias (Córdoba) que pergeñó su ópera prima junto a Hugo Casas en guitarras, producción artística y arreglos; Sito Lacombe, en guitarras acústicas; Santiago Alvarado, en piano y teclados; Santiago Casas, en bajo; Julián Castro, en bombo, percusión y accesorios, y Francisco Cuestas, en acordeón y teclados. “Pensé en ese título porque refleja el mensaje de fe que parte desde uno... el que nos permite disfrutar cada amanecer, a pesar de algunos obstáculos que se presentan en la vida”, sostiene la autora, sobre el marco de un trabajo que mixtura temas propios y ajenos.

El disco incorpora en trece piezas y cuarenta y dos minutos ritmos de la Patria Grande: huaynos, retumbos, huellas, rancheras y valses. “En verdad, no hubo mucho trabajo de descarte”, cuenta la cantora que ha compartido trabajos con el Chango Farías Gómez, Lito Vitale y Jairo, entre otros. “Con Hugo (Casas) nos tomamos un año de trabajo para elegir el repertorio y en ese tiempo, naturalmente, nos fuimos acercando a las canciones y a la rítmica que forman parte del disco, tanto de los temas propios como los de grandes compositores. Y con la mirada puesta, lógico, en lo poético, en arreglos modernos y rítmicamente nuestros, y en la fusión de ritmos latinoamericanos... todo en torno de la intención de desarrollar una carrera con total entrega desde y sobre las temáticas de mi tierra”, se planta la Barroso y lo refrenda en acto con versiones de “La guitarra” (Atahualpa Yupanqui), “Cantando un sueño” (Hamlet Lima Quintana y Enrique Llopis), o la propia, que bautiza al disco.