El escritor Federico Andahazi, que el jueves por la noche se alzó con el Premio Planeta de Novela con El conquistador, anticipó parte de la trama de esta obra considerada ganadora de manera unánime por el jurado: “La novela transcurre en el antiguo México colombino en el imperio azteca y el protagonista es un chiquito que está condenado a morir en ofrenda al dios de la guerra, pero un anciano de estirpe tolteca –perteneciente al Consejo de Sabios– no es partidario de los sacrificios y consigue salvarlo con la condición de hacerse cargo de su crianza. Así es como ese hombre tiene que criar a un hijo. Este chico, Quetza, se va a convertir en el héroe de la novela. Y es curioso como la ficción se mete en la realidad. Cuando estaba promediando la escritura de esta novela, nació muy prematuro mi hijo Blas, tuvo que dar pelea para salir adelante. Me di cuenta de que en un punto escribía la historia de mi propio hijo”. Ha transcurrido una década desde la primera novela de Andahazi, El anatomista, que ganó el Premio del Fondo Nacional de las Artes –aunque la presidente del Fondo en ese entonces, Amalia Lacroze de Fortabat, le dio los 15 mil dólares del premio pero no la distinción en desacuerdo con el tema abordado, centrado en el clítoris–, un libro que agotó 26 ediciones. “Con este premio fue como volver a aquella época –evocó–. En esa oportunidad me puse un seudónimo para que el jurado pensara que detrás había un escritor consagrado, ahora lo hice para que nadie supiera quién era Remington Olivetto” (seudónimo con el que concursó).