Sábado, 11 de noviembre de 2006 | Hoy
TELEVISION › INTERCAMBIO DE FIGURITAS ENTRE LOS NOTICIEROS Y LAS FICCIONES
Cristina Pérez, Rodolfo Barili, Guillermo Andino, Dolores Cahen D’Anvers y Fanny Mandelbaum son algunos de los periodistas que actúan de sí mismos en Montecristo, Hermanos y detectives e Isla flotante. ¿De qué modo se encuentran noticias y tramas?
Por Emanuel Respighi
La televisión argentina ingresó este año en una extraña dimensión, un inexplorado espacio en el que las fronteras de la realidad y la ficción si no se quiebran, al menos, se estiran más de la cuenta. Es que mientras la ficción incorpora a sus tramas ciertos elementos y situaciones que remiten a la realidad inmediata o reciente, con Montecristo a la cabeza, los noticieros profundizaron en sus informes cierta estructura literaria, utilizando slow, dramatizaciones y música incidental. Pero ahí no se detiene el cruce entre uno y otro género: así como los conductores de noticieros se animan a desafiar su propia credibilidad y formalidad periodística participando en tiras de ficción como tales, los noticieros ya no sólo informan sobre temas de actualidad política, policial, deportiva o internacional, sino que posan su mirada en lo más frívolo del mundo del espectáculo. Ante la ficcionalización de la realidad que proponen desde hace un tiempo los noticieros, la TV subió la apuesta con la revalidación de la ficción.
Límites televisivos que hasta hace poco parecían infranqueables, hoy se unen y/o cruzan constantemente con total impunidad, como nunca antes había pasado. La participación de la dupla de conductores de Cristina Pérez y Rodolfo Barili, la dupla de conductores de Telefé noticias, irrumpiendo en la trama de Montecristo y presentando una noticia apócrifa con el mismo tono con que de lunes a viernes reflejan la realidad en el seno del noticiero no deja de llamar la atención. Más extraña aún es la utilización del mismo recurso en Hermanos y detectives, sólo que aquí la apuesta subió un escalón más: quienes intentaron hacer realidad la ficción no fueron ya los conductores del noticiero de Telefé, sino Guillermo Andino y Dolores Cahen D’Anvers, los conductores de América noticias. La participación del noticiero de América en Telefé se trató de un hecho histórico: nunca antes en la historia de la TV el noticiero de un canal, con sus conductores, cortina y escenografía original, estuvo a pantalla completa en la pantalla de otro.
Continuando con la inaugurada retroalimentación entre un género y otro, que funciona como un choque de fuerzas que se mantienen en un tensionante equilibrio de peligrosas consecuencias, la ficción comenzó a valerse también de determinados hechos que sucedieron en la realidad para trabajar en sus tramas. Es que como si la arriesgada apuesta de exponer en la pantalla la expropiación de bebés durante la dictadura no hubiera bastado, Montecristo también se permitió coquetear con la realidad mediática, cuando el secuestro/fuga de Laura (el personaje que interpreta Paola Krum), luego de haber declarado en un juicio que incriminaba a represores, hizo algo más que recordar al caso de Julio López. De igual forma, el nudo argumental de la ya extinta Doble vida, que América emitió el año pasado, comenzaba con el accidente/asesinato de un mujer de clase acomodada en la bañadera de su casa, en clara referencia a la muerte de María Marta García Belsunce.
¿A qué responde esta tendencia en la que los noticieros utilizan recursos de ficción y la ficción busca ser fiel a la realidad? ¿Cómo es posible que los conductores de los noticieros de mayor prestigio del país se atrevan a participar de programas de ficción, poniendo en juego su credibilidad y trayectoria? ¿Hasta qué punto esa participación de los periodistas en la ficción no atenta contra la sobriedad que históricamente posee la noticia y su relato? ¿Este “préstamo” del noticiero a la ficción, tanto de sus caras visibles como de la escenografía, el videograph y la cortina musical, no termina por cuestionar determinados sentimientos de indignación y preocupación que los informativos suelen dejar entrever ante algunos hechos de la vida social? “Mi participación en Montecristo no creo que afecte mi credibilidad”, se defiende ante Página/12 Rodolfo Barili, por su doble participación en la telenovela de Telefé. “Se trata de una telenovela –argumenta– que tiene una trama en la que se pone de manifiesto un claro compromiso con los derechos humanos, por lo que luego de recibir el guión y evaluarlo con la gerencia de noticias, decidimos aceptar la propuesta como señal de apoyo. Creo que nuestra presencia en la ficción aporta a los programas la credibilidad e impacto, además de ayudar a la identificación de los conductores con los noticieros que conducen.”
De hecho, la dupla Barili y Pérez ya tiene su historia dentro de las tiras de ficción. Primero participaron en uno de los cortometrajes de Telefé cortos, también en Los simuladores, en Hermanos y detectives y hasta en La Niñera, cuando Flor Finkel (Florencia Peña) realizó un casting para convertirse en “la chica del tiempo”. “A nosotros también nos sorprendió la convocatoria”, se suma Pérez a la charla. “Nosotros –detalla– no participamos en todos los programas a los que nos invitan. El caso de Montecristo fue especial, porque somos conscientes del valor testimonial que tiene el ciclo. Montecristo, en particular, no sólo es una novela con características de folletín, sino que se transformó en un medio televisivo interesante en el cual canalizar la historia. Todo lo que estuvo tapado respecto de la dictadura durante tanto tiempo salió a la luz pública y masiva a través de la tira. Lo dicen las Abuelas de Plaza de Mayo: Montecristo superó el nexo con la realidad. Invitándonos a nosotros lo que se hizo fue impregnarle un realismo mayor a la trama.”
El involucramiento de periodistas en la ficción excede, incluso, a los conductores de noticieros. Sin ir más lejos, este año pudo verse también a Fanny Mandelbaum en Isla flotante, interactuando en su rol de periodista con una de las creaciones del polifacético Fernando Peña. A su vez, son recordadas por su impacto las participaciones en Numeral 15 y El deseo de Jorge Lanata; o la vez en que –en la trama de Son amores– Mónica Cahen D’Anvers, todavía al frente de Telenoche, casó a uno de los sobrinos del tío bonachón interpretado por Miguel Angel Rodríguez.
El punto de enroque entre uno y otro género alcanzó tal grado de utilización que, ante la sobreexposición de algunos conductores de noticieros, Damián Szifrón decidió buscar referentes en una pantalla diferente a la de Telefé, el canal en el que se emite Hermanos y detectives. Así fue que convocó a Andino y Cahen D’Anvers, la dupla de America noticias mediodía, para dar cuenta de una noticia de ficción. “La idea se le ocurrió a Szifrón, que como ya habían utilizado a sus propios conductores anteriormente, decidió cambiar y buscar otras caras creíbles. Nosotros aceptamos porque es darle una mano a la gente del medio haciendo lo que uno hace todos los días: no tuvimos que actuar”, explica Andino.
–¿Pero su participación a pantalla completa no puede confundir a la audiencia?
Rodolfo Barili: –Es preferible que en la ficción se nos vea enmarcados por un televisor en segundo plano, antes que a pantalla plena.
Guillermo Andino: –Sería magnificar o exagerar algo que me parece que la gente misma sabe. La gente entiende que este juego se debe a que cada vez más se ven en la ficción situaciones que pasan en la realidad. Si abusara de la participación en ficción, creo que podría confundir. Pero al ser algo pasajero, creo que el público lo toma de manera divertida.
Cristina Pérez: –Eso sería subestimar al público. La gente no compra “enanitos verdes”. Si hago bien mi trabajo en el noticiero, la gente entiende perfectamente una participación en Montecristo. No estoy haciendo un desnudo. Creo que la participación no restó. Incluso pudo haber sumado, porque el público de la novela tiene una relación muy estrecha con la historia, está muy comprometida y valoran nuestro aporte.
“Cada uno sabe lo que hace”, dispara Milena Zapata, productora general de Telenoche. “Nosotros pensamos que con la información no se juega y no puede ser sacada fuera del contexto del noticiero. O se es claramente una ficción, como en El tiempo no para, donde un actor interpretó a un periodista, o no se hace nada afuera. Nosotros somos muy cuidadosos porque hay bordes muy sensibles.” En tal sentido, María Laura Santillán, al frente del noticiero central de Canal 13, sostiene que “lo más importante de la imagen fuera del trabajo cotidiano es que sea congruente con lo que uno piensa y con lo que uno hace. No tengo una imagen para el noticiero y otra para el resto de la vida: trabajar en TV no necesariamente implica ser mediático ni hacer un culto de la fama.”
Acompañante en la conducción de Telenoche de Santo Biasatti, Santillán dice tener en claro cuáles son sus propios límites y los de la gerencia de noticias de Artear. “No aceptaría presentar una nota apócrifa como si fuera real en el marco de una ficción. Pero además sé que en el canal tampoco lo aceptarían, porque muchas veces lo han pedido distintos programas. Aparentar no es ser. Aparentar es parecer. Todas las personas tienen que ser creíbles en todos los ámbitos, sean periodistas, políticos o médicos”, puntualiza la periodista y conductora. Así y todo, si bien nunca hizo ficción, la conductora del noticiero del 13 le puso la cara a un comercial de Yogurísmo. ¿Como se explica?
“Lo primero que analizo es el producto, su calidad, su seriedad. El hecho de que lo consuma, diría, es necesario y prácticamente obligatorio. Después veo el guión del comercial y analizo qué cosas tengo que decir: soy periodista, no científica, por lo tanto mis afirmaciones tienen que estar basadas en información que pueda chequear. Cuando acepté hacer los avisos de productos de Danone, básicamente, tuve en cuenta que en Telenoche Investiga habíamos analizado la calidad de los lácteos en Argentina, incluyendo esta marca, y no había absolutamente nada que objetar.” Claro que el coqueteo con la ficción puede tratarse de un camino de ida: Paula Trápani, incentivada por su look fashion y la activa manera de presentar las noticias, quiso “blanquear” la situación animándose a conducir el magazine Buenos días, Argentina, pero su “aventura” sólo duró algunos meses por baja audiencia. Hoy, en cambio, apenas si se la reconoce haciendo algún que otro bolo en Casados con hijos...
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