Varios conocidos escritores, entre ellos Thomas Pynchon, Kashuo Ishiguro y Margaret Atwood, entre otros, han salido en defensa de su colega británico Ian McEwan, acusado de haber plagiado la autobiografía de una compatriota en su obra Expiación. Allí, McEwan parece haberse inspirado en la No time for Romance de Lucilla Andrews. Los escritores calificaron como aceptable utilizar extractos de recuerdos de sus contemporáneos siempre y cuando se reconozca la fuente. Pynchon escribió una carta al diario The Daily Telegraph en la que afirma que los libros de recuerdos “prestan testimonio indispensable y ayudan a generaciones posteriores a conocer algo de la tragedia y el heroísmo de días pasados”. Para Atwood, “plagio es robar un fragmento de texto o una idea de otra persona sin reconocerlo, pero es estúpido, si no injurioso e incorrecto, acusar de ello a McEwan. Todos los novelistas investigamos”. Ishiguro señala que si lo que ha hecho McEwan es plagiar, también se lo puede acusar a él de haberlo hecho en cuatro de sus novelas, y lo mismo cabría decir de “prácticamente cualquier otra novela, desde la Guerra y Paz en adelante”.