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Jueves, 2 de abril de 2009

CINE › HOOKED Y THE BLESSING, DE LA SELECCIóN OFICIAL INTERNACIONAL

Apuntes sobre el poder y el deseo

La película rumana y la danesa, en competencia, proponen recorridos en torno de relaciones familiares complejas. En cuanto a Hooked, resulta razonable compararla con El cuchillo bajo el agua, e inclusive podría vérsela como versión a escala de Teorema.

 Por Horacio Bernades

Subjetividades rumanas y neurosis danesas de puerperio en la Selección Internacional del Bafici. Integramente filmada con cámara subjetiva en mano, la incesante movilidad de Pescuit Sportiv (Hooked, para su distribución internacional) la convierte, en términos visuales, en contracara de todo el cine rumano reciente, que si por algo se caracterizaba era por sus largos y reconcentrados planos fijos. A su turno, la danesa Velsingnelsen (The Blessing) focaliza en la complicada relación de una madre primeriza con su hija recién nacida, reflejo del vínculo de aquélla con su propia madre. Pescuit Sportiv transcurre enteramente en espacios abiertos. The Blessing, en espacios cerrados. Ni en unos ni en otros se respira aire puro.

Así como La noche del señor Lazarescu y 4 meses, 3 semanas, 2 días tomaban como unidad narrativa el plano fijo sin cortes –y a ello se atenían desde el primer minuto hasta el último–, el realizador Adrian Sitaru narra Pescuit Sportiv enteramente en subjetiva y con cámara en mano. En lo que sí coincide con sus colegas es en atenerse al tiempo real, aunque permitiéndose alguna que otra elipsis. La película cuenta algo tan trivial como el picnic de una pareja, cuya crisis será activada por una conspiración del azar (o tal vez sea la necesidad). El azar se llama Ana, lleva corpiño a la vista y trabaja como “rutera”. Distraídos por una discusión, los protagonistas la atropellan y de allí en más pasarán con ella el resto de la tarde, que funciona primero como intrusa, luego como promiscua a dos puntas y finalmente como catalizadora de crisis de pareja.

Parece razonable que se haya comparado a Pescuit Sportiv con El cuchillo bajo el agua, y podría vérsela también como versión a escala de Teorema: las triangulaciones de poder y deseo que la película construye, y el rol de la tentadora/ángel exterminador, recuerdan ambos modelos. Sin embargo, aquí eso parece ser un medio del que la película se vale, para enfrentar a ambos protagonistas con sus dudosas éticas personales. Roles tradicionalmente asignados a hombres y mujeres aparecen invertidos: es ella la que no se anima a dejar al marido; él el que ruega y espera. El, a su vez, está a punto de renunciar a su trabajo por razones éticas, pero no tendría ningún problema en traicionar a su amante con la prostituta. Que, también a contrapierna del cliché, es menos escéptica y experimentada que naïf y aniñada. Aunque podría ser que lo haya tramado todo.

Pescuit Sportiv tiene dos problemas de fondo. Uno es que todo suena demasiado armado, para funcionar como representación a escala de la sociedad rumana. El segundo es que el dispositivo elegido –con la cámara pasando todo el tiempo de la subjetiva de un protagonista a la del otro– tiene, como todo sistema estético dogmático, ciertos puntos en los que no se sostiene y hace agua. Si ya le sucedía lo mismo a Hitchcock en La soga, por qué no habría de pasarle a Sitaru. Hace un par de años, la realizadora danesa Heidi Maria Faisst había competido en el Bafici con su ópera prima, Liv. Allí, una celebración familiar de navidad, dejaba aflorar una larvada rivalidad entre madre e hija, y todo terminaba muy mal. En The Blessing, Faisst vuelve sobre el mismo tema, pero en otra clave. La protagonista, madre primeriza, no puede hacerse cargo de su hija e instala a su propia madre en su casa. Es la fábula del zorro en el gallinero: personaje siniestro si los hay, la madre la trata como si ella fuera la bebé, empujándola a un estado próximo a la psicosis.

Se extrañan aquí la inquietud, el estado de desorden familiar, la locura incluso, que irradiaba Liv. Puesta en escena con corrección, pero también con una marcada “normalidad” cinematográfica, The Blessing desciende, del plano de la locura al del mero psicodrama doméstico.

Hooked (Pescuit Sportiv), hoy a las 17.30 en el Hoyts 10 y mañana a las 15.30 en el Atlas Santa Fe 1.

The Blessing (Velsingnelsen), hoy a las 13 en el Hoyts 10 y mañana a las 18 en el Atlas Santa Fe 1.

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Hooked reflexiona sobre las triangulaciones del poder y el deseo.
 
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