Jueves, 16 de marzo de 2006 | Hoy
CINE › UNA EXHIBICION EN LONDRES
Edgardo Esteban relata cómo fue recibida por un público en el que había ex combatientes de la misma guerra, del otro lado.
El cine argentino vivió ayer una jornada histórica que da cuenta de que, más allá de las diferencias políticas, los problemas humanos de una guerra son comunes a los países. Al mediodía, el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres fue la sede donde se proyectó Iluminados por el fuego, última película de Tristán Bauer que, justamente, pone el acento en el conflicto bélico entre la Argentina y Gran Bretaña durante 1982. Organizado por la Embajada de la Argentina en la capital inglesa, el estreno fue a sala llena: 200 espectadores siguieron el desarrollo de la dramática historia que relata el largometraje protagonizado por Gastón Pauls. La ceremonia de exhibición contó con la presencia de Edgardo Esteban, ex combatiente y autor junto a Gustavo Romero Borri del libro homónimo en el que se inspiró Bauer para realizar Iluminados... Si hay algo que quedó demostrado durante la proyección, es que la mirada humanista del largometraje argentino permitió sortear las barreras de las diferencias ya que, como cuenta Esteban telefónicamente a Página/12, “conmovió mucho”.
Hubo un plus en la exhibición: además de la presencia del embajador argentino en Londres, Federico Mirré, autoridades locales y personalidades de la cultura, estuvieron presentes veteranos de guerra británicos. Después de una breve presentación, se proyectó la película cuya recepción superó las expectativas. Durante los títulos hubo un silencio respetuoso y, sobre el final, se produjo un aplauso cerrado por parte de todos los asistentes. Luego se armó un debate del que participaron Esteban y los ex combatientes del Reino Unido. Uno de ellos dijo que la película es “maravillosa” y otro recordó que, en una oportunidad, lo habían salvado los soldados argentinos y que siempre recordaría eso. “Dentro de la charla hablé de la reivindicación de las islas Malvinas y del reclamo argentino más allá de la parte humana que tiene la película”, comenta el autor de Iluminados...
“Es como el final del camino que nos habíamos planteado con Tristán (Bauer)”, sostiene Esteban acerca del significado del estreno en pleno centro político londinense. “Poder estar acá para mí no fue una proyección más: fue muy movilizante y quizá le presté más atención que a otras ocasiones porque sabía que cada palabra, cada punto y cada fotografía tenía un significado más político en el tema de nuestra causa a nivel como país.” Esteban reconoce que “uno tenía que ser más cuidadoso con el tema de las palabras, pero nosotros teníamos que decir lo que sentimos y, desde ese lugar, no hubo una contrarrespuesta y se escuchó con mucha atención nuestro planteo”.
La película ya se había exhibido el domingo y el lunes pasado en el marco del Festival Viva! que, al ser itinerante, permitirá su difusión en treinta ciudades. En aquella oportunidad, el ex combatiente argentino se encontró con Andreu Farrell Roadman, veterano británico. “El –cuenta Esteban– estaba en los barcos que les disparaban a los soldados que estábamos en las islas. Se sentía conmovido cuando vio la película porque nunca pensó el daño que hacía desde el barco disparando los proyectiles a los pozos donde estábamos nosotros esperando las bombas y la muerte.” La charla entre ambos giró en torno de la problemática de los suicidios: “Los ingleses están teniendo el mismo problema que nosotros con eso. Ellos perdieron 252 soldados y tienen 250 casos de suicidios. Ellos también denuncian que el gobierno británico no los ha atendido como corresponde”, afirma Esteban. Además, Andreu Farrell Roadman escribió una obra de teatro sobre Malvinas titulada La locura que aborda precisamente esta problemática. “Una de las historias que me contó –recuerda Esteban– es la de un amigo de él que se arrastraba en el combate y que estaba solo. Entonces él lo fue a rescatar y tardó cuatro horas para realizar cien metros hasta que lo pudo sacar y tardó otras cuatro horas para salir de las bombas argentinas en las islas. Y este hombre ahora es un homless y cada vez que lo detienen por droga o por estar tirado en la calle al único que acepta que lo vaya a buscar es a este amigo que estuvo en Malvinas. Así que uno ve que el problema del alcohol y de las drogas acá es muy fuerte. Más allá de las diferencias políticas, en la parte humana la película los ha conmovido.”
–El hecho de que se haya podido proyectar en Londres deja claro que la película es bien recibida por su carácter pacifista.
–Por su mensaje pacifista y su mensaje humano. Totalmente de acuerdo. Es una película bélica pero también antibélica, que plantea el porqué de la guerra. Uno cuando habla de las guerras habla de lo político y de lo estratégico y de los cien muertos que hay en cada batalla. Pero de lo único que no se habla es de lo individual, de aquel soldado que muere y que deja un hijo, una madre, un hermano en ese momento y todo lo que pasa cuando un chico de 18 años –como me pasó a mí– que terminaba la escuela secundaria y que lo que quería era seguir estudiando, trabajar, tener una novia y viajar, se lo llevan a una guerra y se le mete a la fuerza la violencia de la muerte y, después, de la noche a la mañana una sociedad que quiso olvidar la guerra por el fracaso y porque no quisieron ser cómplices de la dictadura militar nos marginó al olvido. Nos dijeron “Olvidate”. Y no se dieron cuenta de que nos dejaron con la Malvina interior o ese infierno interior que a mí me llevó a escribir un libro y participar en una película.
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