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Sábado, 16 de abril de 2011

CINE › LOS BALCANES AL ROJO VIVO EN EL FINAL DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL

Punks y skaters en la noche del alma

La búlgara Refugio y la griega Juventud malgastada están a la altura de una competencia que, más allá de gustos o disgustos ocasionales, no mostró puntos flojos. Hoy a última hora de la tarde, el festival anunciará el Palmarés de todas las secciones.

 Por Horacio Bernades

Una película búlgara y una griega –signo de la considerable presencia que el cine de los Balcanes y Europa del Este tuvo en esa sección este año– son las últimas concurrentes de la Competencia Internacional del Bafici. Hoy a última hora de la tarde, el festival dirigido por Sergio Wolf anunciará su Palmarés en todas las secciones competitivas, durante la celebración del acto de clausura, que tendrá lugar en el rebautizado La Trastienda Club. Clausura oficial pero no en los hechos, ya que el Bafici continúa, en todas sus sedes, hasta mañana a última hora de la noche. En ese momento, el más importante evento cultural de la ciudad cerrará sus puertas hasta el año próximo.

La búlgara Podslon (Shelter en su distribución internacional, Refugio en castellano) y la griega que en términos internacionales lleva por título Wasted Youth (Juventud malgastada) están a la altura de una Competencia Internacional que, más allá de gustos o disgustos ocasionales, no mostró puntos flojos. Con una media de buena para arriba, para Página/12 lo más alto de esa sección resultaron la italiana Le quattro volte, la francesa Qu’ils reponsent en révolte (Des figures de guerres 1), la uruguaya La vida útil, la argentina El estudiante, la griega Attenberg, la rumana Morgen y The Ballad of Genesis and Lady Jaye, que la realizadora francesa Marie Losier filmó en Estados Unidos. Siete películas entre muy buenas y excelentes, ninguna mala y una sola que tal vez pueda considerarse regular (la brasileña Os monstros) confirman el muy buen nivel de esa sección, que presentó diecinueve títulos en total. ¿Si ganará algún premio alguna de las favoritas de este diario, hoy a la tardecita? ¿Cómo saberlo, sin ser adivino o juradólogo? Pero además, ¿a quién que no esté directamente relacionado con las propias películas le importan los premios, finalmente? ¿O alguien piensa que un festival de cine se parece a un campeonato o un concurso?

Así como en la sección Nocturna del Bafici hay una película llamada Ninjas noruegos, Shelter pudo haber llevado por título Punks búlgaros. Con gran astucia, al comienzo de la película el realizador Dragomir Sholev hace compartir al espectador el punto de vista de un matrimonio, cuyo hijo de doce años ha desaparecido sin dejar rastros. Tras dos días de búsqueda desesperada, el chico aparece como si nada, sin siquiera pedir disculpas por haberse quedado a dormir sin aviso en casa de una amiga. Peor todavía, trajo a casa a la chica, que además de ser bastante mayor que él parece una versión morocha de Madonna en los primeros ’80. Detrás de ella llega el que parecería ser su novio: campera de cuero, cresta de gallo, modales de rocker. A partir de ese momento el punto de vista se invierte, y al espectador empiezan a caerle más simpáticos esos tres chicos rebeldones que el apolillado matrimonio que les sirve de anfitriones. Siempre al borde de la comedia familiar disfuncional pero sin caer nunca en ella, Shelter transmite la misma sensación de gris y lluviosa opresión que suele comunicar el cine rumano, al que también la liga el predominio de planos fijos y planos secuencia.

Juventud malgastada es la segunda película griega en Competencia Internacional (la otra es Attenberg) y la segunda de skaters (la otra es la serbia Tilva Ros). Lo cual representa un doble handicap, ya que este film, codirigido por el ateniense Argyris Paradimitropulos y Jan Vogel –ecuatoriano de familia alemana– es menor que aquellos dos. La circulación de dos relatos que no se tocan –uno de ellos protagonizado por un skater adolescente, el otro por un hombre abrumado y hermético, que resulta ser policía– vuelve previsible que en algún punto vayan a tocarse. Muy posiblemente ese punto sea la última escena. Dado el clima de sin salida que se va imponiendo (los skaters dan vueltas en círculo, el agente abrumado da vueltas en su patrullero) y el hecho de que la policía porta armas, no es difícil predecir que, más que tocarse, ambas líneas van a chocar. Hay algo de la arquitectura fatalista de las películas del mexicano González Iñárritu en este diseño, aunque por suerte hasta llegar a ese punto el relato es mucho más abierto, errático incluso por momentos. Por otra parte, ¿puede acusarse a una película griega de ser una tragedia?

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Juventud malgastada, codirigida por Argyris Paradimitropulos y Jan Vogel.
 
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