“Para mí es como si mi niñez se acabara”, deja caer una ex nena ya adolescente en medio del ruido de la plaza de Trafalgar, en el centro de Londres. De lejos parece ser la manifestación de unos eventuales indignados británicos. Y lo están, sólo que su razón para estar ahí es distinta: son miles, decenas de miles de fanáticos de Harry Potter, la saga de libros coronada en 2008 que ayer, en la capital inglesa, también vio coronarse su saga cinematográfica con el estreno de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, parte 2, que aquí se verá desde el jueves próximo.

Ha pasado una década desde 2001, cuando apareció Harry Potter y la Piedra Filosofal, y es entonces más comprensible la angustia de la chica de la plaza de Trafalgar, que bien podría, igualmente, dar cauce a su amor por Harry o por sus aventuras o por el actor (Daniel Radcliffe) que hace de él en Pottermore.com, un nuevo universo lúdico online para sus fans, también arropado bajo el ala de su autora, J. K. Rowling, quien fue la primera escritora en alcanzar una fortuna de mil millones de dólares.

Y, claro, también se angustia la industria, que de todos modos encontrará negocios para hacer. La publicación de un box set con todos los films en DVD o BlueRay suena demasiado tentadora como para esquivarla. Eso le sumaría millones a una saga cinematográfica que ya facturó más de 6,5 mil millones de dólares, con un costo de producción total de menos de dos. Las siete películas ya estrenadas aquí ya se cuentan (todas ellas) entre las 30 más taquilleras de la historia del cine. Y así, por recaudación y por público en cine, Harry Potter desplazó hace rato a las sagas de James Bond (una colección de más de veinte títulos) y de Star Wars. Y aún falta ver qué sucede en el mundo (más bien, a cuánto asciende la cifra) con la última parte de la historia del aprendiz mago devenido héroe generacional.

Todo cierre implica ciertos balances y los del tipo curioso no le escapan a Potter. Se trata de una colección de siete libros que suman, en sus ediciones en español, a una historia que se desarrolla a lo largo de 3700 páginas de texto; y que en sus versiones fílmicas requiere 22 horas y media libres para acompañar a Harry, Hermione y Ron en sus aventuras: esa típica historia de una lucha épica entre el Bien y el Mal que, desde los libros sagrados hasta Harry Potter, sigue siendo un best-seller global.