Luego de la desvinculación de Israel Adrián Caetano del proyecto de largometraje documental sobre Néstor Kirchner, los productores del film, Fernando “Chino” Navarro y Jorge “Topo” Devoto, decidieron que la nueva realizadora del trabajo sobre una de las figuras políticas argentinas más trascendentes del siglo XXI sea Paula De Luque. El director de Un oso rojo y Bolivia llegó a presentar un corte final que no convenció a los productores pero, según trascendió, la desvinculación de Caetano se produjo en buenos términos. No es la primera vez que De Luque aborda una personalidad política: el año pasado dirigió Juan y Eva que, en clave de ficción, narraba la historia de amor entre Juan Perón y María Eva Duarte, antes del nacimiento del peronismo. Por lo tanto, este trabajo es un nuevo desafío en su carrera de cineasta. “Es una responsabilidad enorme, pero también me tranquiliza saber que es mi propia mirada sobre esta figura que para mí ha cambiado el escenario político y las condiciones de vida de un país. Espero estar a la altura del personaje que me toca”, confiesa De Luque a Página/12.

El film forma parte del proyecto “Néstor por todos”, que también incluye una muestra itinerante que está recorriendo el país y un libro sobre esa muestra realizada con material aportado por la gente. “No empezamos de cero en términos de producción porque hay seiscientas horas de material”, explica De Luque sobre todos los recuerdos que miles de personas recolectaron y fueron acercando, tanto en material gráfico como audiovisual, y que integrará parte del contenido del documental. “Hay un equipo viéndolo y organizándolo. Ya lo habían visto para el armado de Adrián (Caetano), pero yo pedí otros parámetros de selección y de desglose del material”, agrega la directora. En ese sentido, De Luque está decidiendo por estos días si se conforma con el material de archivo o también sale a filmar. “A mí me gustaría que estuviera el pueblo muy presente en la película. Es una película en la que soy la organizadora, pero quiero que sea una película del pueblo, no una película de Paula De Luque, sino hecha por el pueblo”, subraya.

Básicamente, De Luque trabajará en relación con cuatro ejes. Uno de ellos será “Quisiera que me recuerden”, que remite a un poema del poeta detenido-desaparecido Joaquín Areta, “que si bien no había sido compañero de Néstor, también militó en la UES en La Plata”, comenta la directora, quien agrega que Néstor Kirchner, “casi como un presagio, lo leyó en la inauguración de la Feria del Libro de 2005 y, además, no solamente lo leyó (el poema está escrito en primera persona), sino que él mismo dijo: ‘Tomo para mí estas palabras porque me representan’”. De Luque señala que otro eje será “Vengo a proponerles un sueño”, que formó parte del discurso de asunción presidencial el 25 de mayo de 2003. También serán ejes “Soy un hombre común en circunstancias excepcionales” y “No voy a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno”. La directora aclara que esos cuatro ejes no serán capítulos, sino organizadores de varios temas “para no caer en una mera cronología de acontecimientos”.

A la hora de señalar si ésta será una película pensada para quienes coincidieron con el pensamiento de Néstor Kirchner o si apunta también a quienes quieran descubrirlo o conocerlo más, De Luque no duda al señalar: “Yo soy kirchnerista”. Por eso entiende que eso “se va a colar porque uno no puede no tener un punto de vista”. La directora entiende que “uno es quien es y desde ahí escribe, filma, encuadra o realiza un montaje”. Se refiere al punto de vista personal. “Ahora, una cosa soy yo y otra es mi obra. A mí me gustaría que la obra fuera lo más universal posible y, en ese sentido, voy a trabajar. Después, no puedo ocultar mi punto de vista como si no lo tuviera, porque me parece que es el peor error del cine no tener un punto de vista sobre el personaje. Ahora, que ese punto de vista sea maniqueo, es decir que él es bueno y todos los que están en contra son malos, desde ya que es una tontería.” De Luque también ve con claridad que hay que tener la suficiente cintura como “para no ser maniqueo”, sino hacer con la película “una reflexión política y poética”. Y agrega que “no haría nada de propaganda kirchnerista porque sería muy arrogante como directora pensar que un documental se transforma en el vocero de un movimiento que es complejísimo”. La realizadora califica a este documental como “una obra del orden de lo artístico, de lo expresivo”.

“Me gusta la política y encuentro poesía en los personajes que han entregado su vida por la cosa pública –continúa la cineasta–. Creo que Néstor es un caso, que entregó su vida por la cosa pública. Y hay algo que me sucede con respecto al 27 de octubre, el día de su fallecimiento: en ese momento, el viento en contra era la invisibilización del apoyo que tenía Néstor, porque en la tele salía que tenía la imagen negativa, que la gente no lo quería, ‘todos somos el campo’ y tonterías de ese calibre. En un escenario muy complejo, de pronto Néstor se murió. Y esa tarde que se empezó a sumar gente, gente y gente, empecé a sentir que era una cosa muy compleja lo que se armaba ahí, que era una suerte de pueblada que estaba plebiscitando. Se fue construyendo eso.” Otra idea que pensó De Luque es que “no va a ser un documental nostálgico” sino “lleno de vida”, porque no quiere “hacer un documental nostálgico en el sentido post mortem, porque Néstor falleció, pero está su legado, está su mandato, están las generaciones nuevas y, por supuesto, está Cristina”.