En un escenario infrecuente se presentó la 14ª edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, que se desarrollará en esta ciudad entre el 11 y el 22 de abril. El Planetario Galileo Galilei fue el lugar elegido para presentar esta nueva edición de la más exquisita cita anual de la cinefilia porteña, que contará una vez más con la dirección artística de Sergio Wolf, rodeado del mismo grupo de programadores que lo vienen acompañando desde hace cinco años. Más de cuatrocientas películas en total (entre cortos, medios y largometrajes), cincuenta y nueve largos argentinos y mayor cantidad de premières internacionales que en anteriores ocasiones son los puntos fuertes de esta edición, que como de costumbre combinará la presentación de nombres y films consagrados del campo del cine de arte junto a mucho material a descubrir. Para adquirir entradas anticipadas deberá aguardarse hasta una semana antes del comienzo del festival, pudiendo hacérselo tanto por Internet como en el Hoyts Abasto (una vez más centro de operaciones del festival) y la Casa de la Cultura del gobierno porteño.

Durante la conferencia de prensa, el director del festival no sabía muy bien dónde pararse, mientras el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, le daba vueltas alrededor. Es que en el Planetario porteño todo tiene, como es lógico, forma circular. Incluido el escenario de la sala del primer piso donde tuvo lugar la presentación, por lo cual ambos presentadores quedaban siempre de espaldas a algún sector de la platea. Como en ocasiones anteriores, Lombardi volvió a destacar la importancia cultural y consolidación del Bafici, tanto en la cartelera anual porteña como en relación con el circuito de festivales. Ratificando esto último, Wolf anunció que este año la Competencia Internacional del Bafici va a contar nada menos que con media docena de premières internacionales. A las tres películas argentinas participantes de esa competencia se les sumarán un film chileno, uno español y otro filmado aquí por un realizador estadounidense, todas ellas en carácter de estreno mundial. También se incrementa, en un 20 por ciento, la cantidad de películas argentinas que serán parte de la grilla, así como la cifra de las que serán parte de la Competencia Nacional: catorce, contra las once o doce de años anteriores. El total de películas que presentará esta 14ª edición también es ligeramente mayor al de años anteriores, confirmando un crecimiento numérico que hasta el momento se verificó también en términos de asistencia.

En la conferencia de prensa se abundó en cuestiones de índole técnica. Wolf planteó que la técnica es actualmente uno de los ejes de discusión en el mundo del cine, poniendo como ejemplo el brusco decrecimiento de proyecciones en 35 mm en la edición de este año, así como el correspondiente crecimiento de proyecciones en sistema digital. Como para reafirmar el peso de la técnica, la cita del Planetario comenzó con la proyección de un audiovisual que parecería una suerte de PowerPoint ampliado y que se realizó sobre la cúpula, a modo de anticipo de las exhibiciones en el formato llamado Fulldome, que tendrán lugar allí durante el evento. Se trata de proyecciones en 360º, que ponen a prueba tanto la fortaleza de los músculos del cuello como la capacidad de resistir mareos. En ese sistema, traducible como “de cúpula completa”, se proyectarán tanto films para niños como musicales para adultos. Incluyendo, cómo no, The Wall. No la película, sino la filmación de un show en vivo, de mediados de la década pasada. A esas proyecciones especiales se sumarán las tradicionales exhibiciones al aire libre, que volverán a llevarse a cabo en el Anfiteatro del Parque Centenario.

¿Y el cine en sí? Una ópera prima argentina vuelve a tener a su cargo la función de apertura. Se trata de El último Elvis, debut de Armando Bo (nieto), que tuvo, a comienzos de año, una muy buena recepción en el Festival de Sundance. “Antes no conseguíamos películas con ese nivel de producción”, destacó Wolf, que como había hecho el año pasado volvió a encomiar una mejor disposición de los productores cinematográficos locales a presentar sus películas en el Bafici. Las tres películas argentinas de Competencia Internacional serán La araña vampiro, de Gabriel Medina (realizador de Los paranoicos, que también había arrancado en el Bafici); Germania, ópera prima de Maximiliano Schonfeld, y Los salvajes, debut en solitario de Alejandro Fadel, que años atrás había codirigido El amor, primera parte. De las que participan de la Competencia Argentina se destacan Dromómanos (la nueva de Luis Ortega) y la cordobesa Salsipuedes, que viene de participar en Berlín, así como las nuevas realizaciones de varios habitués del Bafici, desde Inés de Oliveira Cézar (realizadora de Como pasan las horas y Extranjera) hasta La chica del sur, de José Luis García (director del documental Los campos de batalla), pasando por Jonathan Perel (de El predio), Gastón Solnicki (el de Süden) y Diego y Pablo Levy, que en la edición anterior presentaron Novias, Madrinas, 15 años.

El resto de la grilla presenta, como de costumbre, las películas más recientes de nombres de primera línea (Herzog, Hong Sang-soo, Miguel Gomes, Raúl Ruiz, Guy Maddin, Bruno Dumont y un montón más) junto a un enorme despliegue de secciones, incluyendo desde agrupaciones temáticas (una dedicada a la adolescencia, otra a las relaciones entre cine y arquitectura, otra a películas familiares) hasta los tradicionales focos, que este año serán nada menos que quince y darán ocasión, en todos los casos, de descubrir lo que hasta aquí no se conoce. Además volverá a haber Cine del Futuro, la sección Música, las bizarradas y extremidades de Nocturna, competencias de cortos, presentaciones de libros, seminarios, charlas abiertas... Mucho Bafici, en una palabra.