El cine como megáfono de quienes padecen el silenciamiento de las voces mayoritarias, unívocas. El cine como teléfono con línea directa a la reflexión. El cine como herramienta que, lejos de parapetarse en los lugares comunes, hurga justo allí, donde nadie ve, para contribuir a la generación de diálogos y debates. Con todos esos objetivos, desde hoy y hasta el sábado se realizará la cuarta edición del festival internacional de cine por la equidad de género “Mujeres en foco”. Compuesto por más de 45 films, entre cortos, medios y largos, todos ellos con eje en las problemáticas femeninas, el evento tendrá sus sedes en la Alianza Francesa (Córdoba 946), el Espacio Cultural Biblioteca del Congreso de la Nación (Alsina 1835), la organización social y política Los Pibes (Suárez 421) y La Escuelita de la Villa 20. Las proyecciones, todas con entrada libre y gratuita, se complementan con diversas charlas, talleres, muestras fotográficas y un homenaje a Susana Trimarco (ver recuadro).

Dividida en nueve secciones (Salud, Prácticas culturales, Infancia y juventud, Formas de violencia, Migración, Trabajo, Compromiso político, Diversidad y Vínculos), la programación incluye documentales y ficciones, algunos de ellos ya vistos en la cartelera comercial, como por ejemplo El sexo de las madres y Alumbrando en la oscuridad, pero en su mayoría inéditos en la cartelera comercial. “Todos los años planteamos enfoques distintos. Hace un par de ediciones nos volcamos mucho más a lo iberoamericano. Ahora agregamos una nueva sección porque tratamos de ir entendiendo los cambios de conceptos que van dándose en la sociedad”, observa una de las integrantes del equipo organizativo, Analía Fiorio, quien habló con este diario junto a sus compañeras Cynthia Judkowski y Valeria Pertovt. “También se ve un reflejo de las problemáticas que atraviesan los países. Desde España, por ejemplo, llega material centrado en las migraciones. En el caso de la Argentina, este año tenemos una película nacional sobre el aborto que se llama Yo aborto, tú abortas, tod@s callamos. En ese sentido, el género es una construcción social y el cine de alguna manera intenta representar eso. Nuestra idea es tratar de ver a la mujer desde un lugar distinto al que lo hacen los medios masivos”, completa Judkowski.

–Una de las particularidades de la programación es que se incluyen films dirigidos también por hombres. ¿A qué se debe esa decisión?

Analía Fiorio: –La idea es abrir el diálogo intergénero para que la temática sea debatible tanto para hombres como para mujeres. Esa es una de las premisas del festival: incorporar la mirada masculina porque la equidad de género no es algo que le pertenezca exclusivamente a la mujer. Utilizar el lenguaje audiovisual implica salirse un poco de lo discursivo para volcarse a la imagen, y lo que ésta representa y genera.

Valeria Pertovt: –Obviamente que el foco está puesto en las mujeres, pero la temática del género atraviesa todo: diversidad, mandatos sociales, construcción de los vínculos, modelos de familia. Las películas van por ese lado y es inevitable que abarquen a ambos sexos.

–¿Cómo influye la mirada del hombre? ¿Hay alguna diferencia? 

V. P.: –El hombre se involucra sobre todo en tematizar los mandatos y cómo una mujer puede despegarse de la construcción que hay en la familia o el entorno. También se da el caso de películas hechas por grupos o un hombre y una mujer, y eso se nota. Pero me parece que lo mejor es que no se generan posturas cerradas. Todas las películas tienen una mirada diferente, y lo que nosotras hacemos es sacar una suerte de “promedio” entre el abordaje de la temática, la calidad artística y la mirada propuesta. Hay muchas películas con las que no estamos de acuerdo, pero generan preguntas y muestran aspectos que no se miran habitualmente. Y eso es lo que nos interesa: generar una curiosidad, ver lo invisibilizado, cambiar la perspectiva de lo naturalizado. Valoramos mucho esos cambios, sobre todo a cuatro años del primer festival. Al principio todo nos sorprendía, pero ahora hay temas que se tocan siempre desde un mismo lugar, y hoy nos gusta ver películas que propongan cosas distintas. 

A. F.: –Se nota mucho la diferencia de miradas en temas que como mujer se viven muy cercanamente, como por ejemplo el aborto. Ahí, el hombre tiene un rol más bien de observador.

–En la primera edición del festival decían que buscaban “sensibilizar y concientizar acerca de los derechos humanos de las mujeres en América latina y el mundo”. ¿Hoy el objetivo es el mismo?

Cynthia Judkowski: –Sí, pero no el único. Queremos usar el lenguaje audiovisual como herramienta y que las películas no queden sólo en el consumismo del espectador sino que sirvan para generar una reflexión acerca de eso. Buscamos que haya una interacción que trascienda el “me gusta” o “no me gusta”.

V. P.: –Creo que, en cierta forma, este festival es muy terrenal porque hay películas que reflejan situaciones que pueden estar en tu propia casa. De fondo sí están esos objetivos: claramente apuntamos a que existan políticas públicas que sean equitativas. Pero en lo inmediato buscamos provocar una sensibilidad hacia cuestiones como la violencia del género o el maltrato. Hay muchas situaciones de la vida cotidiana donde se marca la falta de equidad.

A. F.: –Entendemos que hay muchos temas que evolucionaron a lo largo del tiempo y hoy por hoy se prestan para otro enfoque o mirada. Y quizá cosas que hace diez años estaban avaladas o eran parte de una idiosincrasia cotidiana, hoy te llenan de preguntas. Eso tiene que ver con un desarrollo a nivel sociedad en general. Es una evolución, y el arte es una excelente herramienta para seguir abriendo el paso.

La programación completa y horarios en http://www.mujeresenfoco.com.ar/