“Es una tarde especial, no te la vas a olvidar, River va a copar toda la ciudad”, cantaban los hinchas del Millonario aquel 8 de octubre de 2012, cuando se realizó una caravana que terminó uniendo el cruce donde había estado el viejo estadio de River con el Monumental, portando la bandera más larga del mundo. Y era cierto que iban a “copar la ciudad”: fueron 130 mil personas; padres con hijos, familias enteras, jóvenes y abuelos, fanáticos empedernidos levantaban la bandera con el objetivo de participar de una fiesta popular que terminó siendo uno de los eventos con temática futbolera más convocantes. Todo había empezado meses antes de ese 8 de octubre, cuando a un grupo de hinchas se le ocurrió que la gente donara trozos de tela –no aceptaban dinero– para poder confeccionar la bandera roja y blanca que terminó midiendo 7829 metros; es decir, casi ocho kilómetros. Y a medida que la gente iba donando tela, ellos la iban llevando a distintos talleres de costura (sobre todo a uno de Zárate) para que tomara la forma definitiva. Fueron nueve meses de trabajo. Y al momento de subirla un día antes del acto masivo pesaba 2500 kilos, con lo cual se necesitaban, por lo menos, sesenta hombres que aportaran su fuerza. Y estuvieron casi tres horas para levantarla. Todo salió como estaba planeado, no hubo incidentes y la fiesta fue completa.

Federico Peretti estuvo allí presente. Debutó como cineasta el año pasado con El otro fútbol, documental sobre equipos, jugadores e hinchas del ascenso que no suelen salir en la TV. Tiene 32 años, pero desde los 18 trabaja en el mundo del cine y casi siempre lo hizo como montajista. Además, es reportero gráfico y cubre desde hace cinco años la campaña de River, club del que es fanático. Uno de los jóvenes que estaba armando la movida vio el documental y le pidió a Peretti si les daba una mano para hacer un pequeño video que sirviera para convocar a la gente para el evento. Peretti aceptó y se colgó la cámara al hombro. El spot fue emitido por TV y circuló por Internet, y sirvió mucho. “Los conocí a ellos y me parecía sincero lo que estaban haciendo y, entonces, les pedí filmar el proceso para levantar la bandera. Y dos días después fue la caravana, que también la filmé. Antes de ese momento, ya tenía quince horas de material sobre el proceso de confección y pensé que era una pena que lo filmado no se viera en ningún lado”, cuenta Peretti a Página/12. Como consecuencia, el cineasta realizó el documental Esos colores que llevás, donde no sólo se ve todo el proceso de construcción de la bandera y el acto masivo, sino que también hablan glorias de River: desde Amadeo Carrizo hasta Enzo Francescoli. El film se estrena mañana jueves en Arte Cinema (Salta 1620).

–El título de la película no habla de la bandera sino de los colores. Me di cuenta filmando que la gente todo el tiempo me hablaba acerca de por qué había surgido ese acto, pero también que con River ven crecer a sus hijos, a los hijos de sus amigos. Y todos me hablaban de los colores. Entonces, la peli terminó siendo un poco qué significa ser hincha de River en la década que se inició en 2010, que es algo muy diferente a lo que era en el ’90 o en el ’86.

–Me pasa lo mismo los domingos cuando saco las fotos en los partidos. Yo nunca grito un gol, no canto una canción, porque estoy laburando. En este proceso del documental tuve que dejar un montón de laburos para poder hacerlo, sin apoyo de los hinchas ni del club. El ciento por ciento de la peli salió de mi tiempo, de mis cámaras, de mis equipos, de mi tiempo para editarla. Si no hubiera sido de River no lo hubiera hecho. Pero de hecho, en El otro fútbol hay imágenes de cuando River descendió, mientras yo estaba al lado de los jugadores de Belgrano de Córdoba, que festejaban. Y yo estaba llorando, pero estaba filmando con la cámara fija. A la hora de laburar, lo encaro profesionalmente. No dejo que el hincha me gane la emoción.

–No, creo que no. Al preestreno en el Luna Park fueron doce mil personas. Muchos eran de otros clubes porque eran amigos míos de otros ámbitos. Sí creo que un hincha de Boca no la puede ver porque se muere con sólo mirar dos minutos de River. Pero hubo gente de otros clubes que lo ha visto y traspoló un poco las pasiones que ponen en sus equipos. Sirve para explicar un poco por qué el hincha de fútbol argentino, en general, pone tanta pasión. Se explica que hay algo que es medio irracional, pero tiene mucho de pasión. Y eso es algo que el hincha de River lo tiene a flor de piel, por todo lo que vivió en este último tiempo. Pero también creo que los de San Lorenzo lo tienen con la cancha, los de Racing con la quiebra. Todos los clubes, a su manera, toman ese espíritu de pasión.

–Sí, eso fue consciente. Traté de despegarla de eso porque este año hay elecciones en River. De hecho, yo quise pasar la película en el Monumental y el club no me dejó. Por estos últimos cinco años que trabajé en River, aprendí que todo tiene como una segunda intención. Entonces, yo quería dejar en claro que, por más que me dedicara al cine, era algo de un hincha de River para la gente de River, y para el club como institución. No para el gobierno de turno que estuviera. De hecho, de todos los hinchas que hablan, ninguno tiene un cargo dirigente, ni siquiera de vocal. Quería que fuera algo de un hincha para los otros hinchas. Y también quise sacarle esa connotación política porque era el espíritu que había tenido la movida de la bandera.

–En realidad, creo que me sorprendió a mí, pero también a todos en general. Yo ese día dije: “Van a ir diez mil personas” y no tenía la idea de la película. Cuando vi lo que era dije: “Esto es algo que va a dar que hablar”. Y así fue. Por ahí en Brasil hablan más de fútbol argentino, pero en Arabia hablarán una vez cada dos años de River. Y justo la noticia anterior importante era la del descenso. El hincha sintió que por su aporte desinteresado de donar un metro de tela o diez volvió a poner a River en el lugar que se merecía.