CINE › EMPIEZA HOY UNA MUESTRA DE CINE MEXICANO INDEPENDIENTE
Se podrá disfrutar los martes de septiembre, con entrada gratuita, en el C. C. Rojas y en el Auditorio Municipal de Ituzaingo. Se verán cinco películas marcadas por tres ejes: el retrato de la realidad, el documentalismo y los intereses culturales de los jóvenes.
› Por Andrés Valenzuela
“Pensábamos que era importante que las películas hablaran del contexto efervescente de México”, plantea Adriana Casas, vínculo clave –por origen y por formación– del colectivo Visionado Cine con la producción audiovisual contemporánea de ese país. Tampoco es que la muestra de cine mexicano independiente en Buenos Aires que comienza hoy sea el primer acercamiento a la cinematografía de ese país que encara el grupo. Además de pequeñas proyecciones puntuales, esta es la tercera edición de la muestra. Se podrá disfrutar durante todo septiembre: los martes a las 19 en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Av. Corrientes 2038) y algunos viernes –también a las 19– en el Auditorio Municipal Néstor Kirchner, de la localidad bonaerense de Ituzaingó (Pasaje Eva Perón 848). Siempre con entrada libre y gratuita.
El ciclo cuenta con el apoyo de la Cinemateca Nacional de México y presentará cinco películas recientes: Rupestre (2014), de Alberto Zúñiga; Club Sandwich (2013), de Fernando Eimbcke; Rosario (2013), de Shula Erenberg; Un día en Ayotzinapa 43 (2015), de Rafael Rangel, y Güeros (2014), de Alonso Ruispalacios. “Otra cosa que queríamos mostrar es el gran surgimiento de nuevos documentalistas, cosa que hace rato no pasaba pese a la buena tradición del cine mexicano en esa área”, explica Casas.
La muestra, recuerda, surgió al descubrir que el cine de su país se exhibía sólo en festivales. “Eran contadas las que llegaban a las salas, así que lo primero que hicimos fue un ciclo de óperas primas de la gente de la escuela de cine de la UNAM”, recuerda y destaca que esa institución docente pelea cabeza a cabeza con la Enerc argentina el estandarte de “más antigua de Latinoamérica”. “Después hicimos un ciclo de rockumentales donde proyectamos los de Café Tacvba y Give me the power, sobre Molotov, y más tarde, existiendo la semana internacional del cine mexicano, planteé llevarla a Buenos Aires.” Así empezaron.
¿Cuál es la situación de los realizadores mexicanos? Casas señala dos vías. Una vinculada con los estudiantes y egresados del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM y los del Centro de Capacitación Cinematográfica –que funciona en los legendarios Estudios Churubusco–. Estos acuden al financiamiento del equivalente mexicano del Incaa, el Imcine. “Después tienes otro grupo que hace un cine independiente con sus recursos y funda sus productoras”, apunta. Y compara: “Es como pasa en Argentina, aunque aquí hay más apoyo”. En la misma comparación, señala que el cine mexicano está atravesando un período de buen reconocimiento en los festivales internacionales. De hecho, Güeros, el film que cierra el ciclo, volvió a su país con estatuillas desde Tribeca, San Sebastián, Berlín, La Habana y otras citas, además de arrasar en los Ariel, los premios locales.
“Creo que después del boom de la nueva etapa de cine mexicano, que fue más o menos al mismo tiempo que el Nuevo Cine Argentino, a fines de los ’90, se consolidó una cinematografía que trata mucho los temas de violencia pero también las luchas sociales a través de historias de ficción”, reflexiona Casas. “Tienes el ejemplo de Ayotzinapa, un documental de coyuntura, que ahorita en septiembre se va a cumplir un año de la desaparición de los estudiantes”, puntualiza. Casas también destaca cierta vocación experimental entre los directores de su país y “una gran camada de fotógrafos”.
Los espectadores argentinos encontrarán en el ciclo un panorama interesante del cine mexicano independiente contemporáneo. Las cinco películas están atravesadas, en mayor o menor medida, por tres ejes: el retrato de la realidad, el documentalismo y los intereses culturales de los jóvenes. Rupestre –que abre el ciclo– es un buen ejemplo, pues avanza sobre el movimiento cultural que transformó la música urbana del país. “Aquí hay un vínculo importante con Argentina, pensamos que debían ser películas que permitieran al espectador argentino conocer más y al mismo tiempo encontraran un interés desde el comienzo”, propone Casas.
Club Sandwich, que se proyectará en el Rojas el martes próximo, es –en opinión de la representante de Visionado Cine– “la menos política del grupo”. Aquí nuevamente se hace presente la comparación con la producción argentina. “Habla de una cotidianidad que recuerda a Lucrecia Martel, que creo que el público argentino conoce muy bien”, considera. Rosario se proyecta el 15 y “se puede comparar con una Madre de Plaza de Mayo”, explica Casas. Cuenta el dolor de una madre que busca a sus hijos incansablemente y que se convirtió en un emblema de este problema social en México. “Está contada por una argentina que vive hace muchos años allá”, acota.
Un día en Ayotzinapa 43, que se presenta el 22, exime de mayores explicaciones. El nombre de esa localidad ya es sinónimo de la desaparición y asesinato de decenas de estudiantes, de la violencia estatal y paraestatal y de la impunidad con la que ocurren tales atrocidades al sur del Río Grande. Finalmente, Güeros (el 29) se puede explicar como una suerte de “road movie en blanco y negro”. Multipremiada, Casas cuenta que “está inmersa en un contexto de jóvenes adolescentes que tienen que vivir la huelga de la UNAM del 2000, en un contexto de lucha contra el Estado, pero a la vez habla de la vida de cualquier joven de la ciudad de México, que era otro punto de conexión que buscábamos con los espectadores argentinos”.
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