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Jueves, 14 de febrero de 2008

CINE › MADONNA Y SU DEBUT COMO DIRECTORA

La revolución pop en Berlín

Madonna alteró ayer por completo el ritmo del Festival Internacional de Cine de Berlín, donde presentó su debut como directora, Filth and Wisdom. La película no generó demasiado entusiasmo, pero la presencia de la diva de 49 años obligó al festival a ampliar sus medidas de seguridad para enfrentar la avalancha de periodistas que acudieron a la rueda de prensa y la de fans que se reunieron en la alfombra roja. Tras probar suerte como actriz varias veces con escaso éxito, Madonna se colocó ahora detrás de las cámaras, emulando a su marido, Guy Ritchie.

Presentada en la sección Panorama, la película de 81 minutos es promocionada como una “comedia multicultural” ambientada en Londres. Filth and Wisdom está centrada en tres jóvenes que conviven en un departamento, no están satisfechos con sus trabajos y luchan por abrirse camino. El protagonista es el carismático músico y actor ucraniano Eugene Hutz (Everything is iluminated), cuya banda de punk gitano Gogol Bordello acompañó a Madonna en un concierto en Londres en alguna ocasión en la vida real. En la película, Hutz es un hombre que se gana la vida cumpliendo sueños extraños en juegos de rol de ingleses ricos. Una y otra vez, mira a la cámara y manifiesta sus opiniones sobre la vida al espectador oculto tras un enorme bigote. Madonna no aparece en el film, aunque se escucha alguna de sus canciones como fondo en alguna escena. También suena un tema de la caída en desgracia Britney Spears.

La cantante, que acudió a Berlín acompañada de los actores Hutz, Holly Weston y Vicky McClur, dijo que en principio pensaba hacer un corto. “Pero me fui enamorando de los personajes y pensé que debía durar más.” Madonna aseguró que a pesar “de su éxito material” se sigue sintiendo como los personajes de la película, “luchando contra las contradicciones y las dualidades”. “Siempre me muevo entre las luces y las sombras”, aseguró. De ahí, el título, Filth and Wisdom, que en castellano podría traducirse como “mugre y sabiduría”. “Nos movemos en esa dualidad, y en ambos extremos podemos aprender algo”, dijo Madonna. La artista afirmó que incluyó muchas de sus visiones personales en el film, entre ellas, que “todos somos responsables de nuestros destinos y nos engañamos si creemos que no”. También sostuvo que le atrae mucho la forma de vivir de los gitanos. “En el fondo, quiero ser gitana. Viajar por ahí y tocar música. Hay mucha autenticidad en los gitanos que conocí y me encantaría incorporar más de esa autenticidad a mi vida.” El sentido de la felicidad, no obstante, cambió para ella en todo este tiempo. “Hace treinta años significaba poder comer, tener un techo, sobrevivir en Nueva York y conseguir un lugar en el mundo y que se escuchara mi voz. Hoy significa estar agradecida porque todas esas cosas ocurrieron y siguen ocurriendo.” Es probable que la ópera prima de Madonna se difunda a través de Internet. “Lo estamos estudiando. Es una forma no convencional de distribución y me gusta actuar de manera no convencional.” La cantante tiene previsto seguir dirigiendo en paralelo a su carrera musical. De hecho, anunció que en el próximo Festival de Cannes presentará un documental rodado en Malawi. Sus pretensiones no son modestas: “Siempre admiré las películas de Godard, Visconti, Pasolini y Fellini y espero que algún día pueda hacer algo que se acerque a su genio”.

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La firma de Madonna.
 
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