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Martes, 4 de octubre de 2011

PLASTICA › EXPOSICIóN DE JORGE DEMIRJIAN EN EL PABELLóN DE LA ARTES DE LA UCA

El juego de las diferencias

No es común que un artista consagrado cambie su obra luego de dedicarse durante décadas a construir un estilo. El pintor y dibujante sorprende con una extensa exposición de su obra reciente, completamente distinta.

 Por Fabián Lebenglik

El Pabellón de las Artes de la UCA expone obra reciente e inédita de Jorge Demirjian (Buenos Aires, 1932). Dibujos a lápiz, tinta, óleos y gouaches sobre papel, que en conjunto exhiben un notorio cambio en la obra del pintor y dibujante, cuya imagen estaba asociada a la evocación de la figura humana. Parte de su obra anterior consistía en una escena en la que uno o unos pocos personajes centrales –retratados ácidamente, desde lo corporal, lo actitudinal y la vestimenta, en plena interrupción de alguna actividad– exhibían una relación ambigua, de complicidad o conveniencia. La escena, por ejemplo, de interiores, mostraba planos de colores osados y en conjunto suponía una sociología crítica de la burguesía.

En su nueva obra, el artista conserva la mirada crítica pero la figuración estalló. Ya no hay una imagen narrativa, sino que el relato se volvió simbólico: anatomías fragmentadas, cabezas, extremidades, mutilaciones, animales y objetos que se repiten con cierta obsesión y se disponen en un espacio flotante. El repertorio es variado pero no extenso. El erotismo, que en su etapa anterior estaba notoriamente presente, ahora se concentra descarnadamente en algunas obras, pero no de un modo seductor sino pulsional.

Los colores muestran un riesgo aparte a través de una paleta propia, contrastante, llamativa, en donde tonos y valores adquieren también una matriz simbólica.

La obra reciente demuestra no sólo la fuerza suficiente como para romper con su propia imagen previa muy establecida, en la que trabajó durante décadas, sino también una gran libertad y desprejuicio. El nuevo alfabeto de Demirjian genera también un lenguaje fresco, joven y caótico en el itinerario del artista. Las obsesiones están colocadas de manera que lucen como transcripciones de sueños, por la heterogeneidad, la mezcla, las repeticiones. Al romperse la rigidez que imponía el fuerte componente narrativo que el artista había utilizado hasta hace poco, el relato desarticulado que supone su obra actual presenta un productivo juego de tensiones para el espectador. Claro que ese juego incluye también el dolor y la angustia, pero con una distancia mayor. El compromiso, como sugiere el pintor a través de una cita de su admirado Auden, es con la pintura, y por más interés interpretativo que despierten los temas, toda la carga está puesta en la materialidad de los trabajos: colores, gestos, líneas, formas, libertad compositiva, estructura abierta, variedad de técnicas y la combinación, así como la puesta en tensión, de todos estos elementos.

Según escribe Cecilia Cavanagh, curadora de la muestra y directora del Pabellón, “Demirjian imprime fuerza y vitalidad a su obra mediante vibrantes colores que asaltan el sentido visual [...] la paleta despliega un brillo espectacular, y su uso de colores estridentes enfatizan la angustia que yace tras sus pinturas. El artista se permite la libre expresión de su subconsciente, apoyándose en la superioridad del instinto sobre la razón, plasmando imágenes de una atmósfera crítica que hablan de un mundo fragmentado y caótico”.

En período inicial, tal como recuerda la curadora, “Demirjian tuvo una etapa de formación bajo la tutela de Emilio Pettoruti. También participó de clases en el taller de Horacio Butler, del que todavía recuerda sus consejos acerca de la importancia del orden compositivo. Una beca del Fondo Nacional de las Artes lo llevó luego a Europa y se instaló en Milán, para más tarde mudarse a París, desde donde viajó a Nueva York. La década del ’70 lo encontró en Londres, donde frecuentó a Francis Bacon. Ha expuesto en importantes museos de todo el mundo y representó a la Argentina en la 36 Bienal de Venecia”. (En el Pabellón de las Artes de la UCA, Alicia Moreau de Justo 1300, de martes a domingo, de 11 a 19, hasta fines de octubre. Entrada libre y gratuita.)

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Vista parcial de la exposición de Jorge Demirjian en el Pabellón de las Artes de la UCA.
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