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8-Los últimos días

Thes Siniestros. Scatter Records / Von Halton

El intrépido cuarteto platense expande su rock vertiginoso con nuevos riffs, lisergia fina, teclados y canciones que apela a la salvación del amor de un hipotético apocalipsis, dentro de un mundo paralelo en el que la revolución industrial compiló rascacielos con molinos y pozos y el oscurantismo renació en círculos psicodélicos. No tan desquiciado en sus formas como sus discos anteriores, pero a la vez más delicado y suculento, Los últimos días funciona buenamente como una obra conceptual por parte de uno de los grupos más destacados del joven underground. L. P.

8-Torrencial

Superlasciva. Independiente / UMI

Como una cebolla es el cuarto disco de Superlasciva. No es que dé ganas de llorar ni que esté entre lo más agrio del cancionero local. Para bien, Torrencial se deshoja en cada escucha y, a medida que pasan las canciones, aparece más concentrado su sabor: la amplitud para intentar la canción con tanta sutileza como empuje y tanta gracia como calidad. Con los reveses melódicos como virtud y un cuidado inusual por los arreglos, Superlasciva le da forma a un notable disco que, en dos actos, llena espacios sin invadir y le da otra oportunidad al amor, pero también a la música. L. P.

8-Trina La Diuca

Idem. Independiente

Hay que escuchar a este cuarteto –un afinado dúo de voces y otro de guitarras–, otro exponente del buen momento que pasa el folklore, nutrido tanto del sabor de la tradición como de la formación de la academia. Hay que escuchar cómo se arriman al Cuchi Leguizamón con “Zamba del laurel” o “Corazonando”, hecha alla Dúo Salteño, pero con contrapunto propio. El color que le dan a Carnota, o a los Hermanos Núñez, o a versos anónimos. Dolores Usandivaras y Laura Luz De Iudicibus ponen las voces; Ignacio Eguía e Ignacio Romero, las guitarras. Buena noticia para el género. K. M.

8-Green Naugahyde

Primus. EMI

En el actual estado de las cosas en la industria discográfica, la edición local de lo más reciente de Primus sólo puede entenderse como un milagrito. Quizá tenga que ver la buena respuesta a su show del año pasado aquí; como sea, da gusto reencontrarse con ese sonido crudo, áspero y a la vez con una rara melodiosidad. Y con Les Claypool, claro, uno de los mejores bajistas del rock, comandante de este trío que incendia los parlantes con “Lee Van Cleef”, “Last salmon man” y el juguetón, típicamente primusiano, “Tragedy’s a’comin’”. E. F.