György Ligeti fue uno de los que sentó las bases de las vanguardias del siglo XX. Y fue, también, uno de los que las minó. En medio siglo de carrera, hasta la enfermedad que culminó con su muerte, el lunes pasado, su música transitó varios estilos y él mismo reconocía dos épocas muy diferenciadas de las que el fenomenal Concierto para piano era la bisagra. A diferencia de otros autores surgidos a mediados del siglo pasado, su obra está muy bien documentada en disco, hasta el punto de que existe una edición integral revisada por el propio autor y con notas escritas por él mismo en los folletos. Lo raro es que esta integral, seguramente por azares de la política discográfica, está repartida entre dos sellos. Sony editó ocho volúmenes de una Ligeti Edition y Warner otros cuatro del Ligeti Project. Entre los primeros son particularmente significativos el tercero, dedicado a los Estudios para piano y la Musica recercata, en la versión de referencia de Pierre-Laurent Aimard y el séptimo, con obras de cámara en versiones de gran nivel, entre ellas el Trío para corno, violín y piano. De los volúmenes editados por Warner, resulta fundamental el último, publicado en 2003, en donde se incluye la última obra conocida hasta el momento, el genial Concierto para corno, junto al Doble concierto para flauta, oboe y orquesta, Ramifications y el Requiem. En el primero de estos volúmenes se incluye el Concierto para piano, por Aimard, con dirección de Reinbert De Leeuw.