Su público estaba ansioso por volver a escucharlo y Serrat no veía la hora de presentar nuevo material. La ansiedad, sin embargo, no es lo que prevalece en Mô, el nuevo disco de Nano. Por el contrario, un prolijo intimismo atraviesa todo el CD, desde las letras y la música hasta los arreglos que, en manos del histórico Ricard Miralles, se despojan de toda superficialidad virtuosa. Un detalle formal potencia esa sensación de introspección que se refleja en Mô (con ese nombre llaman los originarios de Maó –Mahón– a su ciudad, particularmente querida por Serrat): las canciones están cantadas en catalán. Hacía 17 años que Serrat no grababa un álbum con temas propios en ese idioma. “Nunca he dejado de cantar en catalán”, declaró el cantautor. Junto con Miralles trabajó Josep Mas Kitflus en los arreglos. David Palau tocó guitarras, Víctor Merlo el bajo y Roger Blavia la percusión. Serrat definió a su CD como “sonoro y cacofónico”, aunque más bien habría que hablar de un disco de afectos y complicidades. Los sentimientos que envuelven a Nano y su público desde hace cuarenta años.