Descendiente de armenios de clase media, José (Julio Chávez) es un tipo de aspecto tranquilo, algo dubitativo y un tanto paranoico. Como padre es un poco chapado a la antigua y moralista. Como esposo, infiel y torpe. A los 48 años, siente que está atravesando uno de los peores momentos de su vida, con un negocio familiar a punto de quebrar, una familia que no puede controlar y un matrimonio que navega rumbo a la separación. Un combo que no lo deja pensar con claridad. Sofía (Cecilia Roth), su esposa, es todo lo contrario. Educada en los mejores colegios, ella es dueña de una personalidad tan avasallante como controladora; una de esas mujeres independientes, exitosas en lo profesional, que da la sensación de que a los 46 años nada ni nadie –a excepción de su madre– puede correrla de su eje. Llevan más de dos décadas de matrimonio y parecen conocerse a la perfección. Hasta que el blanqueo de la infidelidad de él hace que todo lo que construyeron se venga a pique. Ya no son lo que eran; tampoco saben bien qué son ni qué quieren. La terapia de pareja, parece, es el único medio que sus respectivos psicólogos encuentran para salvar una relación tan particular como conocida a los ojos de los televidentes.

El nuevo unitario de Pol-Ka, Tratame bien (miércoles a las 22.45, por Canal 13), vuelve a bucear en la institución matrimonial, para probablemente extender su alcance a la familiar. Y lo hace enfocando su atención en una pareja madura, como la de José y Sofía, que no está de vuelta pero que tiene un largo recorrido hecho. Tan extenso que se enfrenta al desafío de tener que reencontrarse en una nueva forma para mantener vivo el amor. Una tarea nada sencilla después de 27 años, dos hijos adolescentes, varias crisis en su haber y la sensación de que las diferencias que antes percibían que funcionaban como complemento en la pareja, hoy se presentan como obstáculos casi irreconciliables.

Tratame bien comienza con la última crisis de pareja que desata la historia del unitario. Acosado por sus problemas económicos en el negocio familiar (una juguetería que se encuentra en convocatoria de acreedores), José parece estar más torpe y nervioso que nunca. Por eso, tal vez, cuando su amante lo presiona para que defina qué hacer porque no quiere seguir siendo “la segunda”, él lee en ese ultimátum que ella está a punto de decirle todo a Sofía. Y no tiene mejor idea que, entonces, ser él mismo quien le comunique a su esposa que está teniendo una relación extramatrimonial, citándola a un almuerzo de urgencia. Claro que a José la situación parece superarlo, por lo que decide hacer que Sofía se entere que está con otra mostrándole un mensaje de texto que su amante le envió a su celular. “¿Ya te despertaste mi amor? Un beso. Te extraño. Auxilio mecánico”, lee Sofía en la pantalla. “¿Qué es?”, pregunta ella sin comprender. “No es tan difícil de entender, Sofía: obviamente estoy saliendo con otra persona que no se llama auxilio mecánico, ayudame por favor”, le dice, casi que le reprocha, él.

Lo que sigue son los caminos que ambos buscan para solucionar el problema. Mientras ella no puede entender, ya no tanto la infidelidad, sino la cobardía de su esposo, él prefiere hacer catarsis agarrándoselas con su hermano y sus hijos. Eso sí, en cierto punto ambos reaccionaron de la misma manera: llamando a sus respectivos terapeutas (interpretados por María Onetto y Norman Briski), quienes se ponen de acuerdo para juntar a los pacientes y derivar a Sofía y José a una profesional especializada en problemas de pareja (Cristina Banegas). Y a ella acuden con la vaga esperanza de que aún tiene sentido pelear por la pareja.

Con tono de comedia dramática, Tratame bien recupera en el género el protagonismo de la palabra y las actuaciones como principales elementos de distinción. El libro escrito por Susana Cardozo y Pablo Lago nutre a la trama de frescura y simpleza, sin perder profundidad en la temática y en las situaciones que aborda. Los diálogos son ingeniosos, picantes y divertidos. Estructurado en buena parte del relato a partir de las sesiones de terapia –individuales o en pareja, en presencia o por teléfono–, el ciclo se propone abordar el universo de esta pareja otoñal en un registro estético naturalista para darle veracidad a la historia, pero sin caer en el costumbrismo. La cámara en mano, en continuo movimiento, le da al espectador la sensación de estar espiando ese mundo íntimo construido entre dos. En ese sentido, el director Daniel Barone se corrió de la búsqueda de cierto virtuosismo estético para aportarle al ciclo una imagen más “sucia”, en función de lograr la necesaria naturalidad.

Pero nada de estos recursos bastarían para imprimirle verosimilitud al relato de Tratame bien si no estuvieran acompañados por las acertadas actuaciones de Julio Chávez y Cecilia Roth. Los cruces actorales que se dan entre ellos es lo más disfrutable de una propuesta que trasciende la mera comedia dramática de enredos para pintar diferentes escenas, situaciones y momentos de la vida conyugal. Es que en la piel de José y Sofía los talentosos actores logran encarnar a la perfección a una pareja en descomposición, que debe cambiar algo para seguir adelante. La trama termina por alcanzar credibilidad en las composiciones que Chávez (mostrando fina sutileza para la comedia) y Roth (solidez y equilibrio para un papel que transita por la cornisa) realizan de una pareja en la que cualquier espectador puede reconocerse. Sea en la actualidad o proyectando su pareja en un futuro más lejano. Es que la vida entre dos, se sabe, nunca es fácil.