A la historia de la radiofonía argentina –que el sábado cumplió 91 años de vida– le faltaba un reconocimiento televisivo. No porque necesitara ser “legitimada” por el medio masivo por excelencia, sino porque la riqueza de sus nueve décadas transmitiendo sonidos, sensaciones y colores la constituyen como el medio cotidiano por voluntad y costumbre de los ciudadanos en cualquier lugar del mundo. En todo caso, por esa única cercanía hogareña es que la radio se merecía un trabajo audiovisual que repasara temática y conceptualmente su historia. Esa deuda finalmente se comenzará a saldar esta noche, con el estreno de Los locos de la azotea, un ciclo en el que el locutor y periodista Eduardo Aliverti –hombre de radio, si los hay– conducirá una suerte de relevamiento histórico de la radiofonía a través de material de archivo audiovisual y sonoro. La serie, dividida temáticamente, se emitirá todos los miércoles a las 21.30, por Canal Encuentro (con repeticiones los jueves a las 15.30 y los sábados a las 13.30 y 20.30).

El título del ciclo refiere al grupo de radioaficionados encabezado por Enrique Susini que el 27 de agosto de 1920 realizó la histórica primera transmisión radiofónica desde la terraza del teatro Coliseo. Y desde ese mismo nombre, la serie documental se presenta como un relato audiovisual con formato radial. Esto es: hubo un especial cuidado en ponerle imágenes concretas al recorrido histórico sin perder la esencia de un medio que es mucho más que un difusor de noticias. La radio es un gran disparador de sensaciones que cruza todas las clases sociales, económicas, culturales y etarias y que fue capaz de sortear con dignidad la llegada de nuevos medios y masivos medios a la sociedad. Los locos de la azotea intentará promover el conocimiento de la historia de la radiofonía en el país, no sólo de las grandes emisoras de la ciudad de Buenos Aires, sino también la historia y el presente de las emisoras y contenidos de distintas regiones del territorio nacional.

“La realización de la serie fue casi un milagro”, explica Eduardo Aliverti a Página/12. “La idea había surgido hace dos años, pensando que la serie se estrenara para los noventa años. Pero nos encontramos con una seriedad y rigurosidad en la labor productiva de guión e imágenes, tal el parámetro de calidad que se trabaja en Encuentro, que fue retrasando la finalización de la serie. No llegamos al aniversario redondo de la radio, pero probablemente hayamos logrado constituir un material superlativo y acorde al lugar que la radio tuvo, tiene y tendrá en la sociedad argentina”, cuenta el director de la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (ETER) y conductor de Marca de radio (sábados a las 10 por radio La Red).

Para facilitar la producción y la recepción, Los locos de la azotea está dividido en ocho episodios temáticos. La serie comienza con el capítulo titulado “Locos por las noticias”, en el que se aborda la relación de la radio con la información en todas sus variantes: desde el estado del tránsito, el clima, la coyuntura política y económica, hasta los sorteos de la quiniela. En el envío, del que participa Reynaldo Sietecase, se destaca a la radio como el medio de manejo más fluido, inmediato, serio y urgente para la transmisión de noticias en las distintas épocas. En los siguientes miércoles tendrán lugar “Locos por el deporte” (con Víctor Hugo Morales), “Locos por los oyentes” (con Rolando Hanglin), “Locos por el humor” (con Sebastián Wainraich), “Locos por la ficción”, “Locos por la música”, “Locos por la noche” y “Locos por la FM”.

“En el programa, la historia de la radio se cuenta desde dos puntos de vista bien delimitados. Por un lado, hay un repaso histórico que está dado por las motion y por los datos relevados e imágenes de archivo. Mientras que por otro lado, el atravesamiento conceptual está dado por las entrevistas en el estudio de radio que oficia de escenografía, en la que junto al protagonista hacemos de cuenta que estamos en radio en vivo, en donde la cámara se cuela sin ser vista. Esa entrevista central, más las voces de otros protagonistas que se suman, no trabajan sobre la naftalina, sino sobre dónde está parada hoy la radio y cómo seguirá en el tiempo”, explica el columnista de Página/12, vozarrón y cara visible del especial sobre el medio en el que el oído es el único sentido que interviene. Un tesoro inigualable que ni el avance tecnológico ni la potencialidad de otros medios puede igualar.