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Martes, 29 de agosto de 2006

TELEVISION › LA 58ª EDICION DE LOS PREMIOS EMMY

24 horas, cinco estatuillas

En la ceremonia que se llevó a cabo en el Auditorio Shrine de Los Angeles, 24 arrasó en la 58ª edición de los premios Emmy, el máximo galardón de la TV estadounidense, al alzarse con cinco premios y convertirse en el programa que más cosechó durante la velada. El programa de la cadena Fox, que acaba de finalizar su quinta temporada y se presta a producir una sexta y una película para explotar al máximo el suceso, fue distinguido como mejor serie dramática, merced a un sólido guión que es acompañado con eficacia por el recurso de tiempo real en el que se desarrolla la serie. A su vez, Kiefer Sutherland, el actor que interpreta al agente antiterrorista Jack Bauer, fue premiado como mejor actor de serie dramática. De esta manera, serie y actor cortan la sequía que poseían en los Emmy desde la creación de la serie, siempre candidatos pero nunca premiados.

La primera temporada de The Office, la adaptación estadounidense de la serie británica homónima emitida por NBC, recibió el premio a la mejor serie humorística. Sin embargo, pese a los análisis previos de los especialistas, el protagonista de la serie, Steve Carell, se quedó con las manos vacías, relegado por Tony Shalhoub, que obtuvo su tercer galardón en la categoría por su interpretación del obsesivo y compulsivo detective de Monk. En el rubro femenino, Julia Louis-Dreyfus (la Elaine de Seinfeld) ganó como actriz protagónica de comedia por The New Adventures of Old Christine, serie de CBS que aún no se emite en América latina. La biografía sobre la reina Isabel I, Elizabeth I, se alzó con tres premios, entre ellos como mejor miniserie, actriz principal (Helen Mirren) y actor masculino secundario (Jeremy Irons).

La gran decepción de la velada fue, sin dudas, Grey’s Anathomy, que no se pudo imponer en ninguno de los once rubros en los que competía. Otro dato llamativo fue que tres de los cuatro galardones concedidos a los mejores actores secundarios, tanto en drama como en comedia, recayeron en manos de intérpretes de programas que ya no están al aire: Alan Alda ganó por su trabajo en la desaparecida The West Wing (ciclo que se transformó en el drama con mayor número de galardones en la historia de los Emmy, con un total de 26); Blythe Danner se impuso por su papel en Huff!, serie también cancelada este año; mientras que Megan Mullally ganó por su participación en la comedia ya extinta Will & Grace. El único de los actores secundarios premiados por su participación en una serie que aún conserva pantalla fue Jeremy Piven, por la comedia Entourage.

La mayor sorpresa de estos Emmy fue la premiación como actriz protagónica en una serie dramática de Mariska Hargitay, que logró su primer Emmy en su tercera nominación por La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales. Como en toda ceremonia de la industria del entretenimiento, no podía faltar alguna dosis lacrimógena para emocionar de uno y otro lado de la pantalla. Primero hubo un homenaje realizado al popular presentador de la TV estadounidense Dick Clark quien, víctima de una embolia, debió aparecer sentado en el escenario. Pero ningún recordatorio estuvo cargado de tanta emoción como el que los tres “Angeles de Charlie” originales, Jaclyn Smith, Farrah Fawcett y Kate Jackson, le brindaron al fallecido Aaron Spelling, productor de éxitos mundiales como Dinastía, Beverly Hills 90210, El crucero del amor y Swat, entre otros.

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