Miércoles, 3 de agosto de 2016 | Hoy
TELEVISION › A LOS 86 AñOS, MURIó AYER EL ACTOR Y HUMORISTA JUAN CARLOS MESA
Fue guionista de Porcel, Olmedo, Biondi y Tato Bores, entre otros, pero alcanzó su mayor éxito con Mesa de noticias, esa entrañable comedia diaria que marcó el primer lustro de la década del 80. También desarrolló ciclos como La tuerca y Hupumorpo.
Por Emanuel Respighi
Era un grandote que nunca dejaba de jugar a ser un chico. Inquieto y siempre dispuesto a observar la realidad desde sus costados más absurdos, Juan Carlos Mesa fue uno de los más prolíficos creadores humorísticos de la historia audiovisual argentina. En radio y en televisión, pero también habiendo transitando –con menor éxito– en la pantalla grande y en el teatro, Mesa hizo reír a varias generaciones de argentinos, a partir de un humor “blanco”, a veces ingenuo, siempre “amable”, pero de fuerte arraigo popular. Fue guionista de grandes capocómicos, desde Jorge Porcel y Alberto Olmedo hasta Pepe Biondi y Tato Bores, pero alcanzó su mayor éxito con Mesa de noticias, esa entrañable comedia diaria que marcó el primer lustro de la década del 80. Ayer, el humorista, autor, director y actor falleció a los 86 años.
No supo, no quiso (o simplemente no estaba en su naturaleza), hacer otra cosa que pergeñar historias y personajes que siempre buscaban hacer reír, o al menos robarle una sonrisa, al público, oyente o televidente. Guionista de más de 60 comedias, partícipe de más de una docena de ciclos radiofónicos y autor de decenas de películas y obras teatrales, Mesa fue uno de los grandes del humor argentino. Un nombre que irremediablemente se asocia a una comicidad de otra época, cuando no se podían imaginar las redes sociales por fuera de los vínculos cotidianos –y presenciales– que la gente tenía con sus familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo.
“El humor es una bengala que se debe disparar hacia arriba para que todo el mundo la disfrute y se abran las luces de colores. Lo peligroso es cuando uno dispara la bengala contra la gente, porque puede lastimar a alguien. Esta figura, discutible, se puede adaptar a todas la formas del humor, porque hay algunas que lastiman”, dijo Mesa no hace mucho, definiendo su estilo humorístico. En sus programas no había lugar para las malas palabras ni para la más mínima ofensa. Esa característica, ese sello naïf y familiar, tuvo anclaje masivo en los 60, 70 y 80, probablemente las tres décadas en las que sus personajes y ciclos tuvieron mayor popularidad.
Cordobés de nacimiento, Mesa comenzó su carrera en la radiofonía local, como locutor de la filial de Radio Splendid. En sus pagos, el tango y el folclore fueron los temas que guiaron sus primeros años. Fue recién en La gran vía donde empezó a mostrar sus dotes humorísticos, gracias a que el programa giraba por los barrios, auditorios y teatros provinciales. El salto a la TV iba a llegar con El show de Sancho y Los juegos de Mesa, en el Canal 10 dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba. Su creatividad y su trabajo –por esa época escribía guiones para personajes al mismo tiempo– convencieron a Jorge Porcel, que lo convocó para escribir los libretos de Los sueños del gordo Porcel. Esa fue su entrada a las grandes ligas del humor.
El arribo a Buenos Airse marcó un antes y un después en su carrera, en la que siempre intentó mantenerse alejado de la vulgaridad. Su capacidad para el gag hizo que los más grandes capocómicos argentinos lo convocaran para que les escribiera sus libretos, o formara parte de sus equipos autorales. No hubo guionista argentino que trabajara con tantas y tan diferentes figuras del humor nacional como lo hiciera Mesa. Con su bonhomía, el gordo le escribió los guiones a a Carlitos Balá en El clan Balá, a Pepe Biondi en Festibiondi, a Joe Rígoli en Bonete, a Alberto Olmedo en El chupete y a Juan Verdaguer en Verdaguer y sus inquilinos. Incluso, aún cuando nunca le interesó hacer humor político, también fue creador de distintos sketches de Tato Bores, en programas como Tato por ciento y De Tato para todos.
El privilegio de haberle dado letra a tantas figuras tenía una explicación: Mesa era un tipo muy talentoso, a la vez que contaba con el timming justo para el remate. Más allá de alguna característica personal, como su esmero en rescatar siempre el lado positivo de la vida, lo cierto es que Mesa era un trabajador incansable, capaz de levantarse a las 5 de la mañana para escribir sketches radiofónicos y terminar bien entrada la noche dándole forma a su último chiste. Su familia, solía decir, era su termómetro para saber si lo que había escrito iba por el buen camino. “Eramos su primer público en todos sus proyectos, que salían cuando pasaba el filtro de mi vieja y nuestra opinión, que era crítica y hasta muy salvaje, pero siempre la respetaba”, contó ayer Gabriel, también libretista de humor, al recordar a su padre.
Junto a Carlos Garaycochea y Jorge Basurto formó un trío que creó y desarrolló numerosos ciclos humorísticos, preferentemente de sketches. La tuerca, el ciclo que durante el segundo lustro de la década del ´60 y comienzos de la del ´70 emitió Canal 13, con un elenco formado por Vicente Rubino, Osvaldo Pacheco, Gogó Andreu, Nelly Lainez, Tincho Zabala, Joe Rígoli y Guido Gorgatti, fue su primer gran éxito. Más tarde también logró popularidad y permanencia con Hupumorpo, junto a los uruguayos Ricardo Espalter, Berugo Carámbula, Gabriela Acher, Enrique Almada y Eduardo D’Angelo, entre otros. Entre sus numerosas creaciones se cuentan sus trabajos como guionista en Frac, La matraca, Flash, Humor redondo, Jaujarana y Las hormigas, entre otros ciclos de sketches que no tuvieron tanta repercusión. También escribió los libros de ciclos como Los Campanelli, Brigada Cola, Mi cuñado y Gorosito y señora y Stress, además de participar como actor en distintas ficciones de Pol-ka, como humorista en RSM y en el cine escribiendo varias comedias de Olmedo y Porcel.
En la memoria de muchos, sin embargo, quedará Mesa de noticias como su gran criatura televisiva. Emitido por el viejo ATC entre 1983 y 1987, la comedia que transcurría en la redacción de un noticiero televisivo tuvo un éxito arrollador durante los primeros años de la democracia, llegando a la pantalla de Canal 13 en su última temporada. Combinando los enredos familiares con las viscitudes periodísticas, Mesa de noticias fue una de las grandes telecomedias de la TV local. Más allá de su vocación por hacer reír, el elemento diruptivo del programa producido por Gustavo Yankelevich y Carlos Montero tenía que ver con la manera en que la actualidad argentina se colaba en la trama, al punto que Mesa escribía los libretos –junto a Jorge Faruk y María Teresa Forero– el mismo día, a partir de los sucesos que eran de público conocimiento para la sociedad. De hecho, se emitía de lunes a viernes a las 20, franja que sus competidores ocupaban con noticieros reales.
“No teníamos idea que íbamos conseguir el favor del público. Había una mezcla de géneros. Se pensó para los grandes y lo compraron los chicos, quisimos hacer un vino y nos salió una gaseosa. Fue un programa para toda la familia que nació en una época hermosa del país”, recordó el Mesa sobre aquella “aventura impensada”, tal como definía al ciclo. Absurda y delirante, la comedia le permitió a Mesa mostrarse en su faceta actoral, como el gracioso director al que le era imposible controlar a la tropa. Alberto Fernández de Rosa, Fernando Bravo, Gino Renni, Cris Morena, Osvaldo Terranova y Edgardo Mesa (hermano de Juan Carlos) formaban parte de la comedia, en la que se destacaba Gianni Lunadei con su recordada creación de “De la Nata”, como un empleado tan odiable como entrañable. Expresiones como “Assasino” del personaje de Renni, “presencia” de Edgardo Mesa, “Zac” de Lunadei o el “¡Qué bochorno!” se convirtieron en dichos cotidianos del lenguaje popular argentino de la época. Todas creaciones de un gordo que vivió para hacer reír, por las suyas o a través de las grandes figuras del humor argentino.
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