Envuelto en un extraño silencio, dada la calidad y la repercusión que la serie posee en todo el mundo, mañana HBO estrena la sexta temporada de Los Soprano, desde las 22. La serie que retrata la cotidianidad de la familia Soprano llega entonces en voz baja al país, en su última temporada televisiva y contando en su haber con 91 nominaciones a los premios Emmy y 21 nominaciones a los Globos de Oro. Buena parte del estreno casi inadvertido de la serie que catapultó a la fama a James Galdolfini se debe a la estrategia de comunicación que implementó la cadena de TV internacional, prefiriendo apuntalar al estreno ese mismo día, pero a las 23, de Big love, la serie que aborda el modo de vida de una familia polígama, compuesta por un hombre, sus tres mujeres y sus siete hijos. Una serie interesante, pero lejos del virtuosismo narrativo de Los Soprano.

Acorde con el estreno en conjunto de ambas series y con la intención de que la calidad de Los Soprano y Big love atraigan nuevos suscriptores al paquete premium de HBO, la cadena internacional abrió durante todo este fin de semana (hasta el 2 de octubre a las 6) sus diez señales a todos los abonados de sistemas de cable. Así como Los Soprano atrajo televidentes de todo el mundo por la manera –entre reveladora e irónica– con la que ahondó en el funcionamiento de la mafia, Big love intenta posicionarse a través de una trama osada y polémica, explorando la evolución de la institución matrimonial a través de una familia atípica, que suscribe a los valores poligámicos. Protagonizada por Bill Paxton (Apollo 13), la serie es producida por Tom Hanks, que de esta manera encara su segundo trabajo televisivo como productor tras Band of Brothers.