Viernes, 30 de noviembre de 2007 | Hoy
TELEVISION › HABLAN LOS PRODUCTORES
Fernando Blanco, de Capit y Pol-ka, dice que la duración de la jornada es el eje del conflicto con los actores.
Por Emanuel Respighi
Hoy se cumplen ocho días consecutivos de una TV sin programas de ficción, ni afuera ni adentro de la pantalla chica. Y parece que no será el último: ayer la Asociación Argentina de Actores (AAA) rechazó una nueva propuesta de la Cámara Argentina de Productores Independientes de Televisión (Capit), extendiendo el conflicto que paraliza la ficción argentina (que sólo persiste en América, que ayer decidió repetir capítulos de Lalola) como nunca había sucedido en las más de cinco décadas de historia de la TV local. En busca de intentar encontrar respuestas a esta inédita situación y comprender las diferencias que enfrentan a una y otra pata de la industria, Página/12 entrevistó a Fernando Blanco, presidente de Capit y Pol-ka Producciones, quien señaló que “el punto de discusión que imposibilita llegar a un acuerdo es el de la cantidad de horas efectivas que debe durar la jornada laboral”.
Por primera vez desde que se desató públicamente el conflicto por las mejores condiciones de trabajo y la actualización salarial que proponen los actores, el presidente de la cámara que agrupa a las productoras independientes sale al cruce de la polémica que tiene en vilo a la industria local y a los televidentes de todo el país, que desde esta semana vieron abruptamente cercenadas las ficciones que seguían a diario. “Nosotros queremos a toda costa solucionar el problema, llegar a un acuerdo con los actores y reponer los ciclos. Por eso hemos realizado distintas propuestas, con ofertas superadoras que fueron rechazadas por la AAA. Pero no podemos ofrecer una jornada laboral que haga inviable la ficción de calidad argentina.”
–¿Es imposible mantener el nivel de calidad de la producción de ficción con jornadas de 7,45 horas como proponen los actores?
–Para producir ficción con la calidad que acostumbra la TV argentina se necesitan, como mínimo, nueve horas efectivas diarias de trabajo. Por eso ofrecimos nueve horas más una de almuerzo. Es lo lógico para los tiempos actuales. En cambio, la AAA plantea una jornada efectiva de 7,45 horas. Y esa 1,15 hora de diferencia es la que está trabando la negociación.
–¿O sea que en lo salarial hay un acuerdo tentativo?
–Hay más coincidencias. El bolo mínimo se aumentó un 120 por ciento, para pasar a cobrarse 200 pesos. También hay acuerdo en que se paguen 6300 pesos como mínimo por contrato en tira o unitario. ¿Qué gremio logró aumentar en un 120 por ciento el salario a sus afiliados? Aun así, para no llegar a un conflicto, aceptamos pagar esa cifra.
–Sus palabras dejan entrever que la “responsabilidad” de que no haya ficción es de la AAA...
–Nosotros mantenemos reuniones en el Ministerio de Trabajo con la AAA desde hace bastante tiempo, y en medio de esa negociación la AAA decidió de la noche a la mañana, en forma sorpresiva, trabajar a reglamento con el convenio colectivo de trabajo que data de 1975 y que estipula la jornada laboral en 6,45 horas. Esa decisión hizo inviable la producción de ficción y funde a los productores en el corto plazo. Los actores se atienen a un convenio que servía para otra ficción, sin exteriores. Por eso se prefirió parar con las grabaciones y la emisión.
–¿Pero esa decisión, que en el medio se percibió como una forma de presión, con el correr de los días no se les vino encima?
–No fue una decisión de Capit, sino de ATA y Capit ante la imposibilidad de grabar capítulos en la forma prevista y de cumplir con los canales. Es una medida que perjudica a todos (los actores se quedan sin cobrar, el productor sin producir, los canales sin emitir programas de éxito), pero que era necesaria porque se hacía imposible trabajar.
–¿Desde Capit creen que la imposibilidad de superar el conflicto se debe a una yuxtaposición de intereses entre las partes o que hay algún tipo de intencionalidad, sea política o empresarial detrás?
–La evaluación que hacemos es que desgraciadamente la AAA cuenta con 4000 afiliados y que en la TV trabajan sólo 400 actores. Desgraciadamente, a las asambleas de la AAA no están yendo los actores que trabajan actualmente y deciden por todos un grupo que no tiene trabajo. De hecho, ayer (por el miércoles) vinieron a verme dieciséis representantes de los actores más conocidos del país para decirme que sus clientes no tenían problemas en trabajar nueve horas diarias. Ya se reunieron con la AAA para transmitirles a su gremio este pedido.
–Pero no es cierto que en las asambleas de la AAA sólo votan los actores que no tienen trabajo. A la última fueron actores de renombre como Pablo Echarri, Osvaldo Laport, Carla Peterson, Gabriel Goity...
–En esa asamblea votaron cien afiliados, de los cuales 35 eran apuntadores. Sólo fueron veinte actores que trabajan actualmente.
–¿La responsabilidad del conflicto es exclusiva de la AAA?
–Responsabilizamos a la AAA de tomar una medida de fuerza cuando estábamos sentados y negociando en el Ministerio de Trabajo. Eso rompió la negociación automáticamente.
–Pero, ¿acuerdan con la AAA en la necesidad de actualizar el convenio colectivo de trabajo que data de 1975?
–Nosotros somos los principales interesados en actualizar el convenio, porque es anacrónico y vetusto. La jornada de 6,45 horas hace imposible la ficción actual. Nosotros queremos modificarlo y la AAA decidió trabajar a convenio cuando saben que es un marco para la TV de Alberto Migré, que tenía un par de decorados. La TV de hoy evolucionó.
–¿Cuánto dinero le hizo perder este conflicto a la TV?
–Hemos perdido, todos, mucha plata. Es lamentable para el productor, para los canales y para los actores. Es penoso haber llegado a este conflicto y no haber tenido la madurez de frenarlo a tiempo.
–¿Cree que esta situación afecta al prestigio que la industria televisiva argentina logró tener en el exterior?
–El conflicto afecta negativamente a la TV argentina y al país. Ningún comprador o productor internacional va a venir a invertir en el país si ven que en la Argentina existe semejante conflicto.
–¿Qué hay de cierto en que desde Capit evalúan la posibilidad de trabajar con actores extranjeros?
–Eso nunca se nos cruzó por la cabeza. Nosotros vamos a seguir trabajando con actores extranjeros, pero para las producciones que, por ejemplo, Pol-ka realiza para otros países, como Amas de casa desesperadas para el mercado hispano de Estados Unidos y Valentino, el argentino para Colombia. Pero esos programas tampoco se están grabando.
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