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9-La separación,

de Asghar Farhadi. Con Peyman Moadi, Leila Hatami y Sarina Farhadi.

2011, 123 min. Transeuropa.

En el backgammon –juego cuyo origen muchos sitúan en Irán–, el movimiento de cada ficha modifica radicalmente el esquema general del juego. Lo mismo sucede en este film iraní. Con la diferencia de que lo que narra el realizador y guionista Asghar Farhadi no es ningún juego, sino uno o varios dilemas morales. Que una mujer quiera abandonar el país, llevándose consigo a la hija, trae por consecuencia el divorcio de su marido. Este tiene, a su vez, un incidente con una empleada embarazada, que lo acusa de violencia física, en una imparable escalada que llega hasta los tribunales. El carácter extraordinario de La separación reside en hacer ver que la verdad no está en ninguna parte, sino en todas a la vez. De allí su condición de tragedia.

6-Espejito, espejito,

de Tarsem Singh. Con Lily Collins, Julia Roberts y Armie Hammer.

2012, 106 min.

Primera de las dos versiones recientes de Blancanieves, mientras que la otra está jugada al relato dark de aventuras, ésta es más lúdica y posmoderna. Posmoderna alla Shrek. La protagonista de Espejito, espejito es la reina malvada, personaje mucho más exuberante, rico e interesante que la ñoña heroína. Puesta en escena como un musical desaforado (lo cual es perfectamente lógico, ya que está dirigida por un realizador de la India, donde todas las películas son musicales), lo más destacado de esta pompa de jabón son algunos números de gran espectáculo sumamente imaginativos, ciertos detalles corrosivos (los enanitos no son trabajadores mineros, sino asaltantes de caminos) y, claro, Julia Roberts, confirmando que puede ser una gran villana.