CINE › MIGUEL KOHAN, EL DIRECTOR DEL FILM
Además de médico psicoanalista y fotógrafo, Miguel Kohan es el director que abordó el capítulo fílmico de Café de los maestros. El también describe a PáginaI12 las características de la película que registra este dream team de los tangueros.
–La película puede ser vista tanto por un tanguero como por alguien que no tiene idea del género. ¿Cómo abordaron eso?
–Eso en algún momento apareció. Pero antes surgió la dificultad de encontrar un equilibrio entre distintos aspectos: la grabación del disco en ION, el seguimiento de la vida de cada maestro y el show en el Colón. Todo, con 18 artistas protagonistas. Una vez que llegamos a “dosificar” todo eso, surgió el interrogante: ¿qué pasa con los que son muy, muy tangueros, o los que no tienen la más remota idea? Pero pronto no fue más un problema, porque quedó claro que lo más importante era que quien viera la película pudiera vivenciarla, más allá de lo racional y lo emotivo, más allá del tango y más allá de todo. Seguramente hay momentos que un tanguero va a disfrutar más, o de otra manera, va a apreciar que respetamos los cuatro grandes estilos del tango, por ejemplo. Pero hay un nivel más general en que como espectador te podés implicar con la atmósfera de la película y lo que transmiten los maestros, seas o no tanguero, y eso es lo central.
–¿Algún maestro le hizo algún comentario, le pidió que lo mostrara de alguna manera en especial?
–¡No, ellos están más allá del bien y del mal! ¡Ni les preocupa eso! Baffa, que es un divino, me decía: “Ojo, pibe, sacame bien”, pero siempre como una broma. Pasaban cosas increíbles. Aparecía con la cámara y pensaban que era una cámara de fotos, se ponían a posar. Algunos tampoco entendían muy bien el concepto de que había algo más allá de la entrevista filmada, que los teníamos que seguir o compartir una tarde. “¿Pero qué, tenemos que estar todo el día juntos? ¿Hasta cuándo?” Al final, me di cuenta de algo: son artistas que, más que grabando, se formaron frente al público. Y tienen la gimnasia de haberse tallado como artistas en el roce permanente con el público. Por eso, cuando los ves, aparecen en estado bruto, totalmente frescos, naturales. Era sólo cuestión de seguirlos, todo lo demás llegaba solo, por añadidura. Recuerdo con cariño especial a Carlos García, era muy querible. Con su obra “Al maestro con nostalgia”, que es un homenaje a su propio maestro, Di Sarli, reflejó la síntesis del espíritu del proyecto. Recurría mucho a frases populares para expresarse. Una que me quedó grabada, y que incorporé: “Fuerte no es el que pega primero, sino el que más resiste”.
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