La educación y el entrenamiento actoral son para la actriz tanto o más necesarios que el trabajo sobre las tablas. No por casualidad, entonces, la actriz que cuando apenas tenía 10 años le pidió a su mamá que la llevara a estudiar teatro con Hugo Midón, a lo largo de su carrera se perfeccionó en diferentes disciplinas bajo las órdenes de distintos maestros, desde Cristina Banegas hasta Julio Chávez, pasando por Luis Romero, Ana Inchausti, Doris Petroni, Cristina Moreira y Helena Tritek. Incluso, al posgrado que en 2005-2006 realizó en la Lamda hay que sumarle un workshop sobre W. Shakespeare que Chris Hays y el London Theatre Exchange dictaron en 1999. Mucho antes, en 1994, Solda debutó en la TV formando parte del elenco protagónico de Montaña rusa, que durante dos años fue un éxito en la tarde de Canal 13. A ese trabajo le siguieron diferentes papeles en tiras (Carola Cassini, El último verano, Buenos vecinos, Rebelde way, Soy gitano, Jesús, el heredero) y unitarios (Verdad/Consecuencia, Los simuladores, Tiempo final, Mujeres asesinas). Paralelamente, la actriz desarrolló una sólida carrera teatral, siendo parte de obras como Monelle, Desdémona, A propósito de la duda, Contrataciones, Una bestia en la luna, La zarza ardiendo, Teatro X la identidad (del que es miembro activo), Apasionatta y Tres hermanas, el clásico de Antón Chejov que actualmente se presenta en Teatro Regio de jueves a domingo. Del 2000 a esta parte, participó también en las películas Nueces para el amor, Ojos que no ven, El transcurso de las cosas, De cómo Bukowski, Los fusiladitos, Costo argentino y Cordero de Dios.