El cuatro es el número que marca la producción de Teresa Duggan de 2009: porque son cuatro las obras que presentará en las distintas estaciones del año. En 4 poemas Teresa aprovecha para festejar su vigesimoquinto aniversario con la danza bailando, en un solo en el cual su cuerpo se va transformando al ritmo del paso del tiempo: se mueve cual un picaflor de primavera, descubre el mundo en la plenitud de su verano, se deshoja en otoño y deja al descubierto sus miedos, para finalmente convertirse en una pequeña llama que se consume en invierno. Mientras tanto, en 4 sustancias –la otra obra que se presenta los miércoles a las 21 en el British Art Centre (Suipacha) 1333 en el marco del programa Danzan-do (25 años)– dos bailarines (María Laura García y Giancarlo Scrocco) despliegan sus cuerpos en el espacio al son de la música y la palabra, en una obra abstracta pero concebida a partir de significados profundos acerca de la capacidad humana de vivir en comunidad. Para las vacaciones de invierno llegará Zigzag, a todo vapor, la segunda parte de la historia del trencito que se detiene en las estaciones más inverosímiles. “Ahora Zigzag, la locomotora, tomó otro ramal”, dice Duggan. “Cuando llevamos el primer espectáculo a Hong Kong le agregamos algunas escenas, como una milonga, para volverlo más autóctono. Eso sirvió como disparador para armar esta nueva obra”. Así, esta vez el tren se detendrá en Spa-ghetti, un pueblo en el que los fideos de una olla mágica cobrarán vida, convirtiéndose en elásticos. “Jugamos con la estética del musical del ‘50 –cuenta la directora– y de la cocina en la tele, que es todo un espectáculo.” También estará la estación Tango-go, en donde Aurora, la vaca holando argentina más aplaudida en A todo vapor, bailará al ritmo del dos por cuatro y cantará “Se dice de mí” imitando a Tita Merello. Finalmente, para cerrar el año, Duggan prepara una fiesta en la que planea utilizar todos los espacios del British Art Centre, invitando al espectador a realizar un recorrido por su trayectoria. Así, en Wu Wei habrá tambores japoneses en el hall, fragmentos de las obras de Duggan interpretados en el subsuelo y la escalera por bailarines de Duggandanza o artistas que en algún momento trabajaron con la coreógrafa, y, por último, una sorpresa en la sala principal: “Voy a terminar en el escenario rodeada de velas, de un coro ayurvédico y de mis alumnas, para así dar inicio a mi nuevo espectáculo”, anticipa.