Eduardo Lagos es un músico atípico. Es el autor de algunos de los temas más vanguardistas del folklore argentino, en el que volcó todo su conocimiento y su pasión por otros géneros como el jazz, la bossa nova y la música clásica. Alguna vez se lo llamó “el Piazzolla del folklore”, en una de esas comparaciones que nunca llegan a ser completamente eficaces. Su obra grabada, sin embargo, es escasa y poco difundida. La reedición hace un par de años del disco Así nos gusta en formato CD, y ahora de Folkloreishons, por Melopea, viene a cubrir un vacío de catálogo importante. Entre sus composiciones más recordadas figuran La Bacha, La séptima y La oncena, interpretada por Mercedes Sosa en sus comienzos como solista. Su fama como compositor quizás opacó su condición de intérprete, que fue, sin embargo, reconocida por sus colegas. Además de pianista y compositor, Lagos fue oftalmólogo y periodista, responsable de una columna de crítica de música popular en el diario La Nación. En su formación, reconoce dos grandes influencias musicales: su maestro Juan Carlos Paz, que lo introdujo en la música clásica y le enseñó a disfrutar de todo tipo de música, y los Hermanos Abalos. Ese cruce es el que se escucha en la música de Lagos.