Todo novel padre sabe que, aunque no haya escuchado música clásica en su vida, ya desde la panza su hijo debe, sí o sí, escuchar a Mozart. El famoso Efecto Mozart de Don Campbell también tiene su versión para niños, y promete despertar con música el desarrollo y la creatividad de los más pequeños. De allí en más, emprendimientos como los de Baby Einstein desparraman obras clásicas para cada fase del desarrollo del niño. Hay otras maneras posibles en que la industria fabrica música para bebés. Están las que se proponen como didácticas (Cantando aprendo a hablar, Cantando aprendo inglés). Y el último grito de la moda, las que transforman “para bebés” versiones de clásicos del rock y del pop (Babies go Beatles, Queen para los más chicos). La idea suele ser aplicar organito de computadora a las melodías más conocidas, y listo el pollo: marcha una canción para bebés. Dentro de esta oferta hay un sello que presenta versiones un tanto más producidas y amables, Rockabye Baby. Hay covers de todos los gustos para llevar a la cuna: Radiohead, AC/DC, The Pixies, U2, Green Day, Coldplay, los Rolling Stones, Led Zeppelin, Pink Floyd y hasta Metallica. Prometen dormir y calmar al niño, y si la promesa se cumpliera en un ciento por ciento, sería un éxito de ventas instantáneo. Suenan gentiles, de todos modos. Se pueden escuchar en www.rockabyebabymusic.com