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Diego Maradona aseguró, al finalizar su programa, que le gustaría poder entrevistar al Presidente, Néstor Kirchner, y al líder cubano Fidel Castro en próximas emisiones de su programa La noche del 10. En una conferencia de prensa ofrecida a los 250 medios acreditados, destacó que “le preguntaría un montón de cosas que quieren saber los argentinos para ver si se las puede explicar”. Consultado sobre su preferencia electoral entre Cristina Fernández de Kirchner e Hilda “Chiche” Duhalde se limitó a repreguntar: “Entre la señora de Kirchner... ¿y quién?” (risas). “No le vengo a quitar el puesto a nadie –siguió Maradona–. Simplemente quiero un lugarcito: el mío. Si no me dan la cabida que tengo o no me da la aprobación la gente, me tendré que ir, pero sin matar a nadie. Yo voy a seguir siendo amigo de Marcelo y de Susana, me gusta la competencia, pero sana: no matar al otro.”
Sobre los momentos más emotivos del programa, destacó: “El llanto de mi viejo, como me dijo la Cucinotta: El llanto de tu padre me ha hecho llorar a mí también. Acá no hay milagros –dijo después–. No hay garantías como para que el milagro se acerque a los chicos drogadictos. No hay una política de ningún país, ni sobre todo de los Estados Unidos, que se proponga sacar a los chicos de la droga. Incluso les conviene mucho más que estén en la droga que afuera”. Agregó que, en su caso, la recuperación fue posible porque “pasó por otro lado: por el amor de mis hijas –declaró– y por querer vivir todas las mañanas como estoy viviendo”. Entre risas, Maradona adelantó que planea sumar visitantes de peso a su espectáculo. “Voy a pedir que me traigan a (Michael) Jordan, a (Shaquille) O’Neill, a Tiger Woods...”, ironizó. Su manifestación de amor se dirigió a sus hijas Dalma y Yanina “por estar como estoy, y a Claudia, mamá, papá y mis hermanos”.
Sobre su invitado, Pelé, Maradona reconoció que el brasileño está “muy sensibilizado por la situación que vive su hijo. Estoy al lado de él para lo que él necesite, jamás voy a hacer leña del árbol caído. Jamás haría una cosa así, que es de cobardes, y me parece que meterle el dedo en la llaga y preguntarle cosas no tendría ningún sentido. Ahora hay que estar al lado de él... y él sabrá responder como padre”. “¿Ustedes vieron lo linda que está Gabriela Sabatini? –dijo antes del final–. Aquí vienen mujeres muy bellas como la italiana Cucino- tta, pero Sabatini nos hace quedar como los que tenemos las mejores minas del mundo.”