Como suele ser costumbre, el cine argentino tiene una fuerte presencia en el Festival de Toronto. Juan José Campanella llegará para promocionar El secreto de sus ojos –que en la Argentina acaba de superar el millón de espectadores– en la sección Special Presentations. Por su parte, Luis Ortega eligió Toronto para el estreno mundial de Los santos sucios, su tercer largometraje, después de Caja negra y Monobloc. Protagonizada por el propio Ortega junto a Alejandro Urdapilleta y Martina Juncadella, Los santos sucios –una fantasía apocalíptica rodada en escenarios naturales de la provincia de Entre Ríos– es una producción de BD Cine, la compañía de Daniel Burman y Diego Dubcovsky, y tiene fotografía en digital de Guillermo Nieto. A su vez, Lisandro Alonso se dará el lujo de presentar el film más breve de todo el festival, su corto sin título de la lechuza que interpela al espectador, producido para el último Bafici y de apenas un minuto de duración.

Por su parte, dos films uruguayos en coproducción con Argentina también están en Toronto: Hiroshima, de Pablo Stoll, en su primera incursión en solitario –después de haber codirigido 25 watts (2001) y Whisky (2005) junto al fallecido Juan Pablo Rebella– y Gigante, del argentino radicado en Montevideo Adrián Biniez, que en febrero pasado se convirtió en la revelación del Festival de Berlín, con tres premios principales. Finalmente, también se verá en Toronto la película colombiana Los viajes del viento, dirigida por Ciro Guerra y con participación argentina a través de la productora local Cine-Ojo. En cuanto al Instituto Nacional de Cine, Bernardo Bergeret, responsable del departamento de Relaciones Internacionales del organismo, aprovechará el festival canadiense, repleto de distribuidores internacionales, para reforzar el lanzamiento de Ventana Sur, el mercado de cine argentino y latinoamericano que se llevará a cabo en noviembre en Buenos Aires.