Mientras cumplía una gira por ciudades y localidades bonaerenses, Luis Brandoni –uno de los actores más elegidos para interpretar obras de autores nacionales– pidió actuar en el Teatro Español del pueblo de Magdalena y obtuvo una respuesta negativa. Declarado Monumento Histórico Nacional, le fue vedado, entre otros motivos, porque no había presencia de bomberos, y esto después de Cromañón se respeta. “Me quedé con las ganas de disfrutar de esa magnífica sala”, lamenta el actor. Construido en 1899 en estilo neoclásico, el Español atesora hechos y leyendas, como que allí cantó el gran Enrico Caruso. En su afán por destacar valores de la arquitectura teatral del país, Brandoni señala el caso del hoy cerrado Teatro Versailles (así, en francés), de Buenos Aires. De esta sala de la avenida Santa Fe 1445 (inaugurada en 1928) se conservan aún “dos camarines de época, uno dedicado a Mecha Ortiz –quien actuó allí– y otro dedicado a Hugo del Carril”. Entonces era parte de un circuito de teatros ubicados en esa avenida, donde fueron levantados el Regina y el Grand Splendid, desde el 2000 librería y antes cine después de funcionar como teatro inaugurado en 1919 sobre el predio que habían ocupado el Nacional Norte, en 1903, y el Guillermo Bataglia, en 1915. Interesado también en el destino de los teatros de la ciudad, Patricio Contreras dice haber descubierto el Versailles (cerrado en 1957) de manera casual: “En lo que había sido el hall del teatro se encontraba una casa de ropa de punto para señoras –cuenta–. Esa casa cerró y apareció otra de venta de artículos traídos de Oriente. Un día entré y pude ver un escenario, camarines, una cúpula... Ahora el lugar está nuevamente en venta o alquiler. Espero que algún Carlos Rottemberg o un Lino Patalano recupere ese espacio”.