Las exposiciones universales son encuentros que se celebran desde la segunda mitad del siglo XIX. La primera se hizo en 1851 en Londres, en plena Revolución Industrial. Luego la modalidad se trasladó a otras ciudades europeas, con París a la cabeza. En casi todos los casos se trató de verdaderas marcas de época. Sin embargo, es difícil encontrar en el pasado un hito equiparable al que logró establecer China con su Expo Shanghai. Para la Oficina Internacional de Exposiciones –la BIE, entidad que se ocupa de coordinar este tipo de realizaciones– y el Ayuntamiento de Shanghai, se trató de la mayor muestra que haya tenido lugar. Una inmejorable vidriera para darse a conocer globalmente y acercarse al resto del planeta.