Me acuerdo de aquel mediodía en el que subió Videla a dar su discurso: fue la primera vez que vi preocupado a mi viejo. Nunca me voy a olvidar lo que dijo: “Ahora sí que cagamos”. Iba a un colegio de curas, no podías usar largo el pelo, se fijaban qué leías, de quién eras amigo y si ibas a algún club. En 1976 tenía 16 años; la dictadura me dio una adolescencia de mierda. Los artistas estaban prohibidos y todos ellos eran culpables hasta que se demostraba lo contrario. La dictadura nos arruinó, nos limitó, nos desinformó. Era muy difícil encarar una carrera artística, te convertías en un sospechoso. Para jóvenes con ambiciones artísticas, fue lo peor. Yo empecé a trabajar en los medios durante la dictadura y la verdad es que no había margen como para rebelarse, porque te metían un tiro. Se cree que la prohibición del rock extranjero hizo aparecer al rock argentino, pero no fue así. El rock acá ya existía, sólo que no se le daba tanta atención a un nivel masivo. Cuando volvimos a la democracia, tuve la suerte de ser uno de los fundadores de Rock & Pop, la primera radio que abrió en el regreso a la democracia, y fue una liberación. Pero hasta ahí nomás: éste es uno de los pocos países donde, hasta hace poco, necesitabas de un carnet para hablar, y eso ha sido un fuerte resabio dictatorial.

* Conductor radiofónico. Actual director de programación, operaciones y medios digitales de MuchMusic y HTV.