La Justicia ratificó ayer una orden al gobierno porteño para incluir a los trabajadores de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del Teatro Colón en la negociación salarial del coliseo, que sigue atravesado por un conflicto que, según el sindicato, puede desembocar en nuevas medidas de fuerza. Hugo Zuleta, a cargo del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nº 10, rechazó un recurso de revocatoria presentado por las autoridades del teatro contra la medida que el propio magistrado había adoptado, en febrero, ordenando incluir a los trabajadores de ATE en la negociación. “No está en discusión que la actora (ATE) cuenta con personería gremial, con ámbito de actuación personal y local, y es indudable que tiene derecho a ser convocada a la negociación”, expresó el juez. “El gobierno nos ha provocado. El miércoles, más de cien trabajadores han recibido descuentos de hasta el 50 por ciento. Así que en la próxima semana se convocará a una asamblea para resolver cómo se continúa la pelea, pero no está descartada ninguna posibilidad”, dijo Máximo Parpagnoli, delegado de ATE y fotógrafo del Colón desde hace 26 años. También aseguró que, de parte del gobierno porteño, existe “un ánimo de provocación deliberado y un doble discurso”, que atiza el conflicto al tiempo que anuncia que ya está resuelto. Hay una intención política de planchar el conflicto, pero a la vez nos enteramos de que los compañeros que trabajan en el Centro Municipal de Exposiciones nos informan que el patrimonio mueble que se encontraba allí está siendo arrojado a la calle”, agregó. Los trabajadores denunciaron que el director del teatro, Pedro Pablo García Caffi, contrató una orquesta extranjera para reemplazar al cuerpo estable del teatro (para La flauta mágica, de Richard Wagner, pieza que abrió la temporada lírica 2011), mientras aseguraba que tenía intenciones de solucionar el conflicto. Los músicos contratados fueron de la Orquesta l’Arte del Mondo, dirigida por el maestro alemán Werner Ehrhardt, que estuvo 17 días en el país y realizó apenas dos conciertos, en vista de que los trabajadores aceptaron trabajar mientras se negociaba. “Estimamos que tuvo un costo de 300 mil euros. Este modelo de gestión diezma la producción y eleva los costos”, dijo Parpagnoli.