¿Por qué dejaron de tocar en el Festival de Tango? ¿Fue por una cuestión ideológica?

A. E.: —Sí, pero no tan partidaria. Ideológica en cuanto a que nos parece que el festival está mal pensado. No me interesa un festival donde tocan trescientos grupos en dos semanas. Al mismo tiempo ponen una milonga, que es un género masivo y antiguo, y al lado una banda de pibes de veintipico de años, que tocan para siete personas. Entonces, me parece que no está pensado, que no está la gente correcta a cargo, que no es una muestra representativa. Y los músicos van porque lamentablemente hay que laburar y es una vidriera enorme.

D. S.: —Eso es muy discutible. Es la pregunta de siempre: ¿Cómo se cambian las cosas, desde adentro o manteniéndote al margen? Muchos sostienen que no quieren privarse de ese espacio que es suyo, porque la “ciudad es de todos”. Tal vez tocaríamos si no estuviera Macri en la gestión e intentaríamos mejorar las cosas desde adentro. Pero naturalmente se dio que no nos interesa tocar ahí y a ellos tampoco les interesa que estemos. La última vez que tocamos fue en la gestión de Telerman. La nueva gestión hasta unió el festival de danza y el de música. Pero el público es distinto. Me parece bien que los jóvenes que recién empiezan toquen en el festival, pero no entiendo mucho a la gente consagrada que participa y no coincide ideológicamente con la gestión cultural. Me parece que no es necesario.

A. E.: —La mayoría de la plata se gasta en publicidad. Y nos quieren vender que en este festival está todo el mundo, pero no se puede hacer en dos semanas. Lo del “tango como la soja de la ciudad” –Macri dixit– coincide perfectamente con esa especie de negligencia y falta de respeto hacia la música. Se hacen los aperturistas porque “dejan tocar a todos”, pero lo que hacen es ahorrarse trabajo. Desestiman la cultura y hacen demagogia pura. Un gobierno tiene que generar las bases, aceitar, acelerar y facilitar la producción de festivales, porque tienen que ser más bien independientes.