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Viernes, 18 de julio de 2014

MUSICA › LAS ETIQUETAS QUE NUNCA DICEN LO SUFICIENTE

Ese viejo asunto de los géneros

–Una pregunta siempre pesada para los músicos: ¿cómo definen la música que hacen?, ¿jazz fusión, jazz rock, free jazz?

M. R.: –Tiene obviamente la polenta rítmica rockera, y la improvisación del jazz, que es su esencia. No hay temas nuestros que no tengan improvisación, y entonces, desde ese punto de vista, podríamos decir que es jazz rock. Lo que pasa es que este término por ahí está asociado a una ola mundial que hubo en los ochenta, y que era toda una cosa de virtuosismo, de ver quién tocaba más, que no es lo que hacemos nosotros, claro.

C. J.: –Esto no es el campeonato mundial de la cosa complicada. Más bien es algo raro, porque se mezclan cosas. Yo lo llamaría fusión.

–El jazz rock está asociado a Return to Forever, Weather Report, Chick Corea, Mahavishnu Orchestra.

M. R.: –Sí. A ver, para un rockero somos jazzeros, y para un jazzero somos rockeros. Piénselo así, es más fácil.

L. E.: –Es extraño, porque en diciembre cerramos el festival de jazz de Buenos Aires, y los jazzeros seguramente estaban a los puteadas, pero nos pusieron a nosotros (risas). Me parece que, en todo caso, estamos más cerca del jazz que del rock. Me cuesta pensarlo al revés.

–También puede operar la coyuntura cultural, porque, en última instancia, la caracterización “comercial” de los géneros a veces la define el contexto. Cuando estaba Jade, era una banda de rock, por caso. O no es lo mismo, entre muchas comillas, decir rock en los sesenta que rock en los ochenta o ahora.

L. E.: –Cambia con los contextos, sí.

M. R.: –Hay una versión de “Black Dog” de Led Zeppelin que tocamos nosotros, y no es jazz, claramente (risas).

–¿Cantado?... no llega ni Robert Plant ahí.

L. E.: –Pero Machi lo canta más hablado, no tan arriba. Está muy bien, sí.

–Todo un tema, la voz.

C. J.: –Hay tipos que la mantienen, no sé, Stevie Wonder, Paul McCartney, o el mismo Spinetta en Vélez. Pero sí, el tiempo pasa, y se nota.

–¿Con los instrumentos ocurre lo mismo? ¿Hay un cambio en la relación cuerpo-instrumento con el paso de los años?

L. E.: –Yo todavía no noto nada. Tal vez lo que cambia es la condensación de lo que querés decir... hablás con menos palabras y decís más cosas. Te cambia la cabeza y, en mi caso, me siento un ridículo si toco a mil.

C. J.: –Tiene que ver con el hecho de estar ejercitándote, practicando para estar más sobrado, como Wayne Shorter. ¡Qué increíble ese tipo!

M. R.: –Igual, como en toda actividad física, los excesos hacen mella. Los grandes virtuosos, por ejemplo, se zarpan con demasiadas horas de práctica y terminan lesionándose, por eso ya hay una medicina especializada para los músicos. Por suerte no es mi caso.

–¿Por qué?

–Porque yo no me voy a lesionar practicando... más bien al revés (carcajadas).

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