“Después de un año tan terrorífico, como dice la canción, ‘la vida me besó en la boca’”, cuenta Esther Díaz, que en este momento está iniciando el protagónico de un documental sobre su propia vida dirigido por Martín Fariña, el director de Fulboy. “Empecé a estudiar actuación para cine con Marco Berger. Yo que fui discriminada por ser mujer, yo que fui discriminada por querer estudiar en un ambiente en que estudiar era pecado, yo que fui discriminada porque cuando empecé a estudiar ya no era una pendeja, era una mujer con hijos; ahora soy discriminada por vieja. Pero no me doy por vencida. Mis compañeros de actuación, todos pibes de veintipico, poco a poco se van aflojando. Y cuando alguno se afloja me demuestra tanto afecto que me digo: hay que darles tiempo porque es una discriminación del orden de la timidez”, advierte la filósofa y aclara que el documental por ahora se llama Los díaz de Esther con zeta en la palabra día. “Martín me dijo que es la primera vez desde que hace documentales que el objeto de su investigación, que soy yo, lo está ayudando. Mi vida es tan larga y me pasaron cosas tan interesantes, para bien y para mal, que se podría hacer una trilogía –plantea la filósofa–. El va a poner una cámara cuando salgo de bañarme; detrás de una cámara no me da vergüenza porque la cámara mediatiza. Los libros no van a aparecer hasta la mitad de la película. Pedimos permiso para filmar en el lugar donde hago gimnasia y en la peluquería; también estarán las caminatas que hago y los lugares adonde voy a comer. Martín me planteó que le daría mucho volumen a la película si aparecen cosas sexuales. No tengo ningún problema, le dije, me tenés que conseguir el chongo. No me importa que sea gay o heterosexual, pero tiene que ser un morochón joven porque nunca me acosté con un hombre mayor de cincuenta años.”