Además de su participación en SátiraI12 y sus ocasionales visitas a las páginas de la Fierro junto a sus amigos escritores, Iñaki Echeverría está embarcado en la realización de una crónica hecha historieta (¿crónica gráfica?) sobre la megacausa de la ESMA. Comparte el proyecto con Juan Carrá, ex Infojus y uno de los periodistas más interiorizados con el juicio. La historia de la causa, explica el dibujante, permite contar cómo funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura. “Tiene una carga muy fuerte, es raro estar en el juicio y ver cómo se mueve la gente, es impresionante”, señala. El impacto de la experiencia fue tal que, pese a tener bastante adelantado el trabajo, Echeverría cambió el estilo de dibujo que venía ensayando y se volcó a probar lápiz a mano alzada, con una velocidad cercana a la del croquis. “Me di cuenta de que el croquis tiene mucho que ver con la crónica”, señala. “Tiene una cosa rápida, de estar ahí, de no sentarte en el tablero con tu gato a dibujar sino estar en la calle, parado, bocetando rápido para captar el momento”, ahonda.

“Hay algo que tiene el dibujo por encima de la fotografía, sobre todo en el periodismo: el dibujo no es objetivo. Si es objetivo, seguramente no sirve, es como calcar un paisaje y no te dice nada. Pero cuando le metés dibujo a una situación, metés toda tu carga. Ahí siento que estoy involucrado, porque me meto en lo que sentí recorriendo la ESMA. En Capucha, donde estaban los presos, hay una cosa de opresión... Los primeros dibujos eran muy arquitectónicos y no servían. Cuando solté la muñeca, empezaron a aparecer las sombras, la cosa pesada. No importa si la columna no estaba justito ahí. Y en una crónica eso es fundamental”.