“Los grupos pequeños requieren mucho menos material escrito que las grandes bandas y se puede construir la música de una manera más íntima. Una big band posee más desarrollo en la composición y permite usar, claro, una variedad mucho mayor de combinaciones instrumentales. Pero en los dos casos trato de escribir para las personalidades particulares de los músicos. Este quinteto es el sueño de cualquier músico. Y es, por supuesto, el mejor grupo que he tenido en toda mi vida. No es que no haya tocado antes con músicos excelentes: es que el tiempo que llevamos juntos pesa en el nivel de interacción, de comprensión grupal. Tenemos un conocimiento de cada uno de nosotros y del grupo en su conjunto que resulta ideal. Con este grupo es posible la libertad, porque cada uno está pendiente del otro. Porque no existe ni el más remoto riesgo de que alguien pise las ideas del otro, ni siquiera de que las deje pasar sin tomarlas y aprovecharlas. Además esta formación tiene el color, la densidad y las posibilidades texturales que me interesan.”