Cicco es, en realidad, Emilio Fernández Cicco, quien se rebautizó como modo “de economizar” espacio en sus notas periodísticas. Se recibió en la carrera de Periodismo de la Universidad de Belgrano y luego empezó a publicar sus artículos en revistas como Gatopardo, Key, Rolling Stone, Los Inrrockuptibles, Noticias y Newsweek. Desde los comienzos de su carrera se declaró influido por el periodismo gonzo, creado y practicado por el estadounidense Hunter Thompson, que concebía a un periodista involucrado vivencialmente con el objeto de sus crónicas. Siguiendo esa doctrina, se empleó como enterrador de cementerios, asistió a la Hiena Barrios en una pelea, trabajó como actor porno y se masturbó pensando en Leticia Brédice, todo eso a los efectos de enriquecer sus narraciones. Antes de Yo fui un porno star, publicó los libros El secreto de Cortázar –sobre los años de juventud del escritor– y Rodrigo Superstar, una biografía del cantante cuartetero. Víctor Maytland le entregó el Premio Emerald, por su aporte desde el periodismo a las películas condicionadas.