La noticia es que Víctor Maytland fue contratado por la misma empresa que comanda el sitio Pornotube.com, el del sexo cibernético gratuito –un paralelo del más cándido Youtube.com–, para producir un promedio de 160 películas en dos años. Fue designado porque –según dice– después de investigar el panorama local, los estadounidenses entendieron que “no tenía segundo”. La suya no será la estética del video casero (“porque de eso tienen, y mucho”), sino la misma lógica narrativa que muchas veces se apoyó en el affaire político y el caso policial (El último secuestro, Cosecha de lujuria) o en el comentario paródico de un éxito de la TV de masas (Expedición Sex, y la más actual Gozando por un sueño). Sobre esa última experiencia, Maytland cuenta que reemplazó el concurso de baile o canto por uno de acrobacia sexual, “con gente que quería trabajar en una porno y cumplir el sueño. Entre ellos había una chica sorda a la que echaban de todos los castings, pero sin utilizar la sordera como recurso para morbosos. Se filmó a un jurado que parodia a cada uno de los personajes: yo hago de Sofovich, la transexual Majo Dupré hace de Laura Fidalgo, hay un Lafauci a su máxima potencia”.

“Me interesa que se vea real –sigue el cineasta–. No es la intención hacer crítica al programa de Tinelli, sino parodia. Lo hice para beneficiarme, no creo que sea algo zumbón.” Y sobre las revelaciones de la fecha, que incluyeron el relevo del veterano actor negro Massar por uno nuevo, dice: “Al lado de Canú, Massar era un pigmeo”. El antes y después que representa la firma del contrato con la filial local de Pornotube implica un golpe de timón. “Tienen 30 empresas porno, con una sucursal en Praga. Y yo voy a ser el presidente de la filial local. Vamos a producir material de distinto tipo: gay, travesti, amateur. Tenemos que hacer 160 películas en dos años. ¡Es un montón! Cambia el perfil de mi carrera, y empiezo a monopolizar el porno en la Argentina, pero en serio. Esto va a destruir todo. Lo hago yo y les voy a poder dar oportunidades a otros: mato a los que me querían destruir. Ahora van a tener que pedirme perdón. Yo no le guardo rencor a nadie. Decían que yo soy el Sofovich o el Tinelli del porno, y eso no me hace mella.”