La amistad comenzó a mediados de la década del ’70. “Esa noche descubrí lo que muy pocos saben: Fidel Castro es un lector voraz, amante y conocedor muy serio de la buena literatura de todos los tiempos y, aun en las circunstancias más difíciles, tiene un libro interesante a mano para llenar cualquier vacío”, contó Gabo después del primer encuentro con el líder cubano, quien ha tenido el privilegio de leer los borradores de varios libros de Gabriel García Márquez antes de ser publicados. Ni las primeras críticas de los intelectuales al régimen cubano por la censura y el tratamiento que recibían los artistas considerados opositores –como sucedió con el famoso “caso Padilla”, a principios de los ’70–, ni las más recientes, en 2003, cuando Castro encarceló a 75 disidentes, pudieron debilitar las convicciones y la fidelidad del autor de Cien años de soledad. Esta fue una de las razones de la enemistad con Mario Vargas Llosa, que ya lleva 30 años. Después de una pelea que terminó a las trompadas en el estreno de una película en México, en 1976, el peruano calificó a García Márquez de “cortesano” del presidente cubano. Gabo siempre se ha defendido de quienes lo acusan de “amar el poder”, alegando que su amistad está por encima de otras cuestiones y que su posición le ha permitido salvar en silencio a muchos disidentes. Aunque, como muchos de los autores de su generación, siempre ha tenido una posición política pública y cuenta con “la novela sobre el dictador”, El otoño del patriarca (1975), el escritor colombiano nunca ha querido aceptar cargos públicos ni ha entrado de manera directa en los peligrosos derroteros de la política activa. Cuando viajó a la isla para las celebraciones de los ochenta años de Castro, en diciembre pasado, y no pudo reunirse con él, la prensa mundial se hizo eco respecto de los rumores sobre el estado de salud del líder cubano. Pero García Márquez desanimó a los críticos del comandante. “Lo que más me alegra de poder venir ahora, al 80º cumpleaños de Fidel, es que vendré a los cien”, declaró a su llegada, al tiempo que publicaba también un cariñoso perfil de su amigo. El periodista colombiano Dasso Saldívar, biógrafo de García Márquez, dijo que la actitud del autor de Gabo hacia Castro es un compromiso con la amistad y aclaró que el escritor colombiano “no quiere darles juego a los enemigos de la Revolución Cubana”. Según su biógrafo, el colombiano tiene un libro inédito muy importante, de 500 páginas, que se llama Cuba y el bloqueo, que prometió no publicar hasta la muerte del mandatario.