Serrat: –Problemas de salud tiene todo el mundo, ¡incluso hay gente que lo sabe! Yo no creo que a mí me hayan servido para nada, diría que fue mi oficio el que me sirvió. Porque con mi oficio yo pude enfrentar la enfermedad, y la enfrenté trabajando. Y mientras dure, voy a dar batalla. Estos han sido los cuatro años en que he trabajado más intensivamente. Después de terminar esta aventura creo que mi salud ha pasado por todas las pruebas, así que voy a descansar.

Sabina: –Yo he comprobado con él que tienen razón los sexólogos argentinos: también hay sexo después de la menopausia. Hablando seriamente, los accidentes de salud nos afectaron de modo muy distinto. Yo estuve casi cuatro años sin pisar un escenario, casi con la afición perdida, admirando mucho a Juan, que el día siguiente casi estaba otra vez en el escenario. Y además siempre me mandaba mensajes, subliminales o no tanto, diciendo: “¡Eres un cagón, súbete ya al escenario!”. En cuanto a los vicios, por ellos lo único que siento es una tremenda nostalgia.

Serrat: –Debo confesar algo: nosotros no hemos dejado de lado a los vicios. ¡Ellos nos han dejado a nosotros!